La Vitamina A.
Ya en la ciencia moderna, el descubrimiento de la vitamina A, no se dio en los seres humanos sino que en el año 1908, unos investigadores notaron que el ganado necesitaba, para estar saludable, algunos factores diferentes de los alimentos regulares y en 1913, Elmer McCollum y Margaret Davis en la Universidad de Wisconsin-Madison descubrieron la sustancia que llamaron FACTOR LIPOSOLUBLE A.
Las vitaminas son compuestos necesarios para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano y su deficiencia se asocia a enfermedades específicas y no específicas. Esto último porque las vitaminas no actúan solamente en una parte del cuerpo o en un único proceso metabólico, sino que intervienen en muchas reacciones. Por ejemplo la vitamina A de la que nos ocuparemos hoy, conocida como RETINOL, es esencial para la visión porque forma la RODOPSINA o PÚRPURA VISUAL que es una sustancia esencial para la visión y sobre todo para la visión en la semi-oscuridad. Este polipéptido de 384 aminoácidos se encuentra en los discos de los bastones y es una proteína transmembranal (entre membranas) que consta de una parte proteica, opsina, y una no proteica que es un derivado de la vitamina A que es el 11-cis-retinal.
Pero también es importante esta vitamina A en el mantenimiento de las membranas mucosas y de los epitelios en general.
La principal fuente de vitamina A es el hígado del ganado o de los peces, sobre todo los de aguas frías y profundas como el aceite de hígado de bacalao que ha sido utilizado tradicionalmente como reconstituyente.
En nuestro medio la principal fuente es la leche que se adiciona con ese producto.
La deficiencia de vitamina A sigue siendo muy frecuente en los países en desarrollo sobre todo en los grupos más pobres de América Latina y el África sub-Sahara en donde es la principal causa de ceguera adquirida. Aún en países desarrollados hay un insuficiente consumo de vitamina A, sobre todo en los atletas de alto rendimiento y en las mujeres embarazadas o lactantes que tienen necesidades aumentadas.
Esta vitamina se puede consumir como retinol que se encuentra en los tejidos de los animales o como sus precursores como el BETA CAROTENO que encontramos en los vegetales amarillos o verdes como por ejemplo la zanahoria y la espinaca.
Cuando suministramos médicamente tratamientos con pastillas o cápsulas de vitamina A, debemos cuidarnos de no sobrepasar la dosis porque podemos producir una hipervitaminosis, virtualmente una intoxicación con vitamina A. Esta sobre-dosificación no puede darse al consumir zanahorias, aunque seamos adictos a ellas como el conejo de la suerte porque el cuerpo regula la cantidad que se transforma en vitamina A y lo único que puede pasarnos por comer mucha zanahoria es ponernos un poco amarillos, pero eso es solamente una coloración inocente de la piel que no debe asustarnos.
La recomendación es no consumir suplementos de vitamina A sin hacer un examen de sangre en que determinamos el nivel de esa vitamina. Si comemos carne es mejor que nos nutramos con hígado de cuando en cuando y si somos vegetarianos, que consumamos mucha zanahoria, aguacate o espinaca. De esa manera no tendremos deficiencias y no nos arriesgaremos a intoxicarnos. De todas maneras consumir mucha vitamina no tiene ningún beneficio por encima de las necesidades diarias.
Las frutas, las verduras, las carnes, los pescados, los frutos secos… una dieta variada es suficiente para proporcionar al organismo todas las vitaminas necesarias. Para corregir la carencia de vitaminas basta con compensar el menú diario con los productos que aportan las vitaminas o los minerales que nos faltan.