Cuando pensamos en el ser humano como el ser más inteligente de la creación, pensamos en Einsten, en Leonardo DaVinci en Galileo y en otras personas que han sido notables por sus CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS y se nos viene a la mente el COCIENTE INTELECTUAL conocido como IQ.
Sin embargo, lo que verdaderamente distingue a un ser humano de los demás seres vivos es LA CAPACIDAD DE EMOCIONARSE o sea la posibilidad de sentir estados de ánimo y expresarlos con palabras, acciones y reacciones que determinan todo en nuestra vida.
QUÉ SON LAS EMOCIONES??
Las emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica y que, por consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.
Así pues, la Inteligencia Emocional es un aspecto fundamental de nuestra vida que nos permite entender de qué manera podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones y cómo nuestra interpretación de los estados emocionales propios y de los demás, determina la forma en la que nos comportamos diariamente.
Podríamos decir que el ser humano es un SER EMOCIONAL, más que un ser inteligente.
Este aspecto de la dimensión psicológicca humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las estrategias de adaptación al medio en que nos desenvolvemos.
Las emociones dominan todos los aspectos de nuestra existencia como seres humanos en una sociedad compleja y llena de permanentes interacciones inter-personales.
En nuestra formación como personas hemos desarrollado la capacidad de observar e inferir conclusiones a partir de datos prácticos pero es nuestra capacidad de SOCIALIZAR la que determina aproximadamente el 93% de las reacciones diarias de nuestra vida. O sea que la mayor parte de lo que hacemos diariamente, tiene un origen emocional. por lo que en vez de Ser Homo Sapiens, somos “Homo Emoticus”.
El hecho que seamos capaces de reflexionar, tomando conciencia de nuestra existencia y además que seamos capaces de recordar nuestro pasado e imaginar nuestro futuro, puede jugarnos en contra en la medida que quedemos “enganchados” en alguna película relacionada con nuestro diario quehacer. Esta película puede ser totalmente irreal y puede que lo que imaginamos nunca ocurra, pero en nuestra mente cobra dramatismo y realidad. Por ejemplo, llegamos por primera vez 5 minutos tarde al trabajo y nuestro jefe pasa por el lado nuestro sin saludarnos ni darse cuenta que estamos en nuestro puesto. Inmediatamente imaginamos que él está enojado y que nuestra permanencia en el trabajo está en peligro. Se desencadena una serie de películas de terror, viéndonos caminando por la calle sin trabajo y esa «REALIDAD ALTERNATIVA» cobra vida en nuestra mente como si ya hubiera ocurrido.
Todos conocemos la importancia que las emociones tienen en la conducta humana, pero muchas veces desconocemos los mecanismos que utilizan para influir en nuestra conducta. Las emociones facilitaron la evolución del comportamiento social dentro de las poblaciones humanas.
Cuando hablamos del cerebro casi toda nuestra atención se dirige a los elementos de la racionalidad, que muchas veces interpretamos como inteligencia en un sentido muy general. Por otra parte, las emociones se reconocen como un importante componente cognitivo, pero un tanto vago e impreciso en su articulación con los procesos racionales que van a organizar la conducta.
La racionalidad y la emotividad siempre actúan juntas, pues cualquier acción (sobre todo si se relaciona con otros componentes de la sociedad) siempre lleva adosada un componente emocional (positivo, negativo o dentro de un amplio margen de una supuesta neutralidad emocional), o lo que es más importante pueden ser la causa de la utilización racional para una acción determinada.
Su base neurológica es amplia y compleja, estando formada por el sistema límbico (parte del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, septo y mesencéfalo.) y algunas áreas corticales (área ventromedial del lóbulo prefrontal y la circunvolución del cíngulo). Su manifestación en la conducta es mediada por las neuronas espejo (empatía, motivación) de las áreas prefrontales dorsolaterales (control de las emociones); córtex asociativo en general (emociones autoconscientes), y el Sistema Nervioso Autónomo (respuestas automáticas).
Esta amplia base neurológica nos confirma que nuestro sistema nervioso siempre actúa de forma integrada con otras áreas cerebrales, pues su acción conjunta es necesaria para cualquier forma de acción. La función del LóbuloPrefrontal (LPF) es funldamental para nuestra vida diaria.
Pronto continuaremos con el tema de INTELIGENCIA EMOCIONAL.