Omega 3 y Omega 6

Doctor Piza a tu Salud

OMEGA TRES Y OMEGA 6

 

 

 

 

¿POR QUÉ SON IMPORTANTES?

Un grupo de científicos uruguayos, encabezado por el Dr. Bartolomé Ángel Grillo, ex vicepresidente de la OMS, con el apoyo del país y del Instituto Antártico viajó en el año 1984 a la Antártida, con el fin de estudiar el pingüino. Un animal que, a pesar de consumir altas proporciones de grasa en su dieta, no desarrolla enfermedad del corazón a pesar de que tiene un sistema cardiovascular similar al humano.

Lo que encontró este grupo de científicos fue el Krill, alimento que ingieren estas aves, las ballenas y los elefantes marinos, y tiene una alta concentración de ácidos Omega 3, un ácido graso necesario para muchos animales incluyendo los humanos que no lo podemos producir por lo que forma parte de los llamados ACIDOS GRASOS ESENCIALES.

Ya existía un estudio llevado a cabo por investigadores daneses Hans Olaf Bang y Jorn Dyerberg,  durante la década de 1970. Ellos investigaron la dieta de los inuit que es un nombre común para los distintos pueblos que habitan las regiones árticas de América. La palabra significa «La gente» (en inuktitut, inuit), el singular es inuk, que significa «hombre» o «persona» y encontraron que, a pesar de comer una dieta basada en carne y grasa de animales, la frecuencia de enfermedad cardiovascular era mínima y no tenían arteriosclerosis.

El estudio concluyó que los ácidos grasos omega-3 (ácidos linolenico, eicosapentanóico, doicosohexanoico y doicosopentanóico) ejercían un efecto protector sobre la función cardiovascular.

Omega-3 y omega-6: ¿cuál es la diferencia?

Un desequilibrio en el consumo de omega-3 y omega-6 tiene consecuencias negativas sobre nuestra salud. La importancia de incrementar el consumo de ácidos grasos esenciales (AGE), es decir, aquellas grasas que son saludables y que nuestro cuerpo no es capaz de fabricar por sí solo. Grasas que debemos obtener a través de los alimentos y que conocemos con el nombre de omega-3 y omega-6.

Una cadena de ácido graso está formada por átomos de carbono unidos entre sí por enlaces simples o dobles y eso es lo que determina que sean saturados, mono o poli-insaturados. Como por ejemplo:

C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-C-COOH  Con otros átomos de hidrógenos en los restantes carbonos, sería un ácido graso saturado de 17 carbonos.

Si lo que tenemos es algo así  C-C-C=C-C-C-C=C-C-C-COOH entonces tenemos un ácido graso poli-insaturado OMEGA 3 porque el primer doble enlace se encuentra a tres carbonos del CARBONO OMEGA que es el que ocupa la posición final de la cadena. Este C-C-C-C-C-C-C=C-C=C-C-C-C-COOH sería entonces un OMEGA 6.

Como dijimos nuestro cuerpo NO PUEDE PRODUCIR DOBLES ENLACES EN POSICIONES 3 O 6 por lo que se llaman esenciales.

La importancia de consumir omega-6 y omega-3

Las grasas son uno de los tres tipos de alimentos que consumimos diariamente, junto con los carbohidratos y las proteínas y son esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Necesitamos grasa para que nuestro cuerpo produzca hormonas, porque forma parte de la membrana que protege cada una de nuestras células, y porque es la materia principal que compone el cerebro y las membranas que recubren y protegen a los nervios.

La grasa omega-3 interviene en la regulación de la inflamación, evita que la sangre coagule demasiado y facilita que fluya correctamente dentro de las venas y arterias, reducir las citoquinas involucradas en la inflamación, mejora la respuesta de la insulina, y regular la producción de prostaglandinas favorables.

A  menudo leemos que hay que aumentar el consumo de omega-3 y disminuir el de omega-6, como si este último fuera una grasa mala pero eso no es así, el cuerpo necesita tanto omega-3 como omega-6, pero deberemos tener en cuenta la proporción entre el consumo de uno y otro para que hagan su función correctamente dentro del cuerpo conservando la relación correcta entre los ácidos grasos omega-6 y omega-3 debería ser aproximadamente 4 de omega 6 por 1 de omega 3.

Dicho de otro modo, necesitamos aproximadamente doce gramos diarios de Omega 6 y tres de Omega 3. La típica dieta occidental  tiene una relación entre 15:1 y hasta de 20:1 y ese desequilibro lleva serios problemas de salud. O sea que debemos aumentar el consumo de OMEGA 3 y disminuir el de OMEGA 6. Eso se dice más fácil de lo que es en realidad.

El consumo total de grasa diaria para una persona promedio, debe ser entre un 25 y un 30% de las Calorías totales o sea 500 y 600 Calorías y, como la grasa produce 9 Calorías por gramo, eso será entre 55 y 65 gramos diarios. Normalmente consumimos más que eso; si el consumo de grasas poli-insaturadas debe ser de unos 15 a 20 gramos diarios, entonces consumimos entre 40 y 52 gramos de grasas saturadas.

GRASAS VEGETALES

Vimos que los esquimales obtienen sus Omega 3 a partir de la carne y del Krill, pero nosotros no necesitamos comer diariamente carne de salmón de Alaska o kril, ya que tenemos muchas fuentes a partir de vegetales comunes que nos pueden ayudar a llenar esos requerimientos, como son:

  • el aguacate,
  • las nueces,
  • las semillas de chía,
  • muchas algas y hongos,
  • la linaza,
  • la mantequilla de maní y
  • otros alimentos.
  • Si tiene duda de su consumo de Omega 3, puede recurrir a consumir 2 cápsulas de 1 gramo cada una por día, con eso y una alimentación normal, llenará los requerimientos diarios

Los Omega 6 se obtienen a partir de la mayoría de los aceites vegetales como el de oliva, soya, maíz, canola y otros. Se recomienda también incluir una pequeña cantidad de aceite de coco que le proporcionará ACIDOS GRASOS DE CADENA MEDIA, de los que hablaremos en otro comentario.

Radicales reactivos al oxigeno

 Los radicales libres o Especies reactivas al oxigeno

que son? Para que sirven? Y cuales son sus peligros?

LA VITAMINA C SE ASOCIA CON GRAN CANTIDAD DE PROCESOS DE REDOX O SEA DE OXIDACION Y REDUCCION Y FUNCIONAN COMO ANJTIOXIDANTES A NIVEL CELULAR
LA VITAMINA C SE ASOCIA CON GRAN CANTIDAD DE PROCESOS DE REDOX O SEA DE OXIDACION Y REDUCCION Y FUNCIONAN COMO ANJTIOXIDANTES A NIVEL CELULAR

Los radicales libres son moléculas inestables y muy reactivas. Para conseguir la estabilidad modifican a moléculas de su alrededor provocando la aparición de nuevos radicales, por lo que se crea una reacción en cadena o UNA CASCADA DE REACCIONES que dañará a las células y termina con la muerte celular. Esta cascada puede ser indefinida si los antioxidantes no intervienen, capturando para sí mismos la oxidación. O sea que los antioxidantes son PROTECTORES SUICIDAS que se dejan oxidar para proteger la integridad de nuestros tejidos.

No queremos decir que los radicales libres sean siempre dañinos, ya que son indispensables en el funcionamiento o metabolismo celular en relación por ejemplo con los mecanismos de defensa como la muerte de las bacterias que son fagocitadas o ingeridas por los glóbulos blancos y que las destruyen por medio de algunos de esos compuestos o en la degradación de componentes celulares que tienen que ser reemplazados por otros más frescos.

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La oxidación y reducción son fenómenos constantes y fundamentales en el funcionamiento de nuestro cuerpo por eso necesitamos una serie de sustancias que nos protejan de los excesos de esos mecanismos.

El metabolismo celular es similar a lo que ocurre en una pequeña hoguera en la que la madera se quema al contacto con el oxígeno liberando energía y produciendo desechos que van a la atmósfera en forma de humo o quedan en el terreno en forma de cenizas.

Igualmente en nuestras células, el oxígeno que adquirimos por medio del sistema respiratorio y circulatorio, quema u oxida los alimentos para descomponerlos en moléculas más simples y absorbiendo la «energía de enlace» que contienen y terminando en la producción de AGUA, CO2 y otros desechos que luego son eliminados por medio de los pulmones y los riñones.

El problema es que las cosas no son tan simples, como tampoco lo son en la hoguera de nuestro jardín. En el proceso de combustión se producen esas sustancias inestables que pueden dañarnos y para eso cada célula dispone de una serie de limpiadores o sea ANTI-OXIDANTES que son las encargadas de limpiar el asador o sea de eliminar esos compuestos que ponen en riesgo la integridad de nuestro sistema.

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Al igual que en nuestro cuerpo, en una hoguera se originan sustancias oxidantes potentes que pueden dañar la parrilla del asador o los componentes de nuestras células

En los últimos 30 años viene desarrollándose cada día un interés mayor por los problemas relacionados con el estrés oxidativo, los radicales libres, las especies reactivas del oxígeno y los antioxidantes, todo esto dado por la importancia que poseen en la bioquímica celular del ser humano, de los animales de interés económico y de las mascotas. Las ciencias médicas están dando un paso de avance significativo en el conocimiento de muy variadas enfermedades, en su fisiopatología, su tratamiento y más importante aun en su prevención, dando más énfasis en el concepto de PERMANECER SANO en vez de RECUPERAR LA SALUD.

doctor Gordon Mills del MD Anderson Institurte de Texas
doctor Gordon Mills del MD Anderson Institurte de Texas

Ya en el año 1957, el doctor Gordon Mills hablaba de una enzima llamada GLUTATION PEROXIDASA a la que conoceremos como GPX y su importancia en la destrucción de la HEMOGLOBINA para producir la famosa bilirrubina que luego se elimina por medio de la bilis.

Se sabe que hay factores que hacen que los radicales libres aumenten en nuestro cuerpo y muchos de ellos se relacionan con el estilo de vida moderno cargado de estrés y con COMIDAS RÁPIDAS O CHATARRA que todos sabemos que son muy abundantes en grasas, carbohidratos refinados y modificados como la HFCS o sirope de maíz alto en fructosa, con muchos preservantes muchos de ellos derivados del ácido benzoico y ácidos grasos TRANS que alteran y debilitan la estructura de la membrana celular (única defensa que tienen las células contra los ataques del medio). Además de esto está la relación entre masa muscular y grasa que hace que se depositen en el tejido adiposo (peroxidación lipídica)  muchos de los radicales libres listos para atacar a otros sistemas y que se afecte el funcionamiento de la insulina creando problemas como la hipertensión arterial, la diabetes o el síndrome metabólico o de ovarios poliquísticos.

ver tambien

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Muchos de los procesos de oxidación o peroxidación celular afectan el ADN de las células y por eso se les consideran precursores de las mutaciones que llevan a la producción del cáncer y enfermedades degenerativas como las relacionadas con fenómenos inflamatorios como la FIBROMIALGIA, ARTRITIS REUMATICA, LUPUS ERITEMATOSO, ESCLEROSIS LATERAL, ALZHEIMER, CARDIOPATÍA ARTERIOSCLERÓTICA, DERRAMES CEREBRALES y otros muchos problemas como los relacionados con la inflamación del aparato digestivo en la colitis, enfermedad de Crohn y enfermedad celiaca.

Todos esos factores afectan la supervivencia de nuestro sistema corporal y ponen en riesgo la salud demandando el consumo de mayores cantidades de anti-oxidantes, lo cual no siempre hacemos adecuadamente.

Esto hace que conceptos que antiguamente eran ajenos a la medicina hace apenas 20 años, como PROMOCIÓN DE LA SALUD hoy en día sean más importantes que el simple ejercicio de la medicina alopática o curativa.

Cuales son los principales antioxidantes y cómo los consumimos?

Hay muchas sustancias que tienen capacidad antioxidante entre ellas algunas vitaminas como la VITAMINA A, VITAMINA C, VITAMINA E, la UBIQUINONA O CONEZIMA Q-10, los ACIDOS GRASOS OMEGA 3 (sobre todo el ALA y DHA ) los alimentos llamados CRUCIFEROS como el brocoli, coliflor, el rábano o el repollo, son ricos en ALA y los alimentos verdes o amarillos como la zanahoria, las espinacas y otros son ricos en  betacarotenos y otros muchos compuestos. Entre estos compuestos que sobresale el GLUTATION del que ya hemos hablado en nuestra revista en

ver tambien y http://www.doctorpiza.com/contenido/el-glutation-antioxidante.pdf

tomate-brocoliLo mejor es llevar una vida saludable con ejercicio físico al menos 200 minutos por semana y una alimentación balanceada cargada de vegetales y carnes saludables y baja en grasas saturadas, librándonos de los azúcares o cereales refinados, de las grasas trans y de los ácidos grasos saturados. Pero también puede ser útil consumir algunos suplementos ricos en antioxidantes.

Recuerde que el que peca y reza no empata por lo que no sirve tomarse el frasco entero de vitamina E y luego dedicarse a la hogazanería, a fumar y comer chatarra. Todo debe ir de la mano.

Colesterol, declarado inocente

EL COLESTEROL

¿DECLARADO INOCENTE?

Manuel E. Piza

infarto-2EL 40% de las personas que mueren de un ataque cardiaco prematuro (antes de los 60 años) tienen el colesterol normal. ¿Será esto una indicación de que hemos estado acusando y condenando a un inocente?

El colesterol, que se considera uno de los enemigos públicos número uno en la actualidad, no es una grasa sino un alcohol cíclico complejo, insoluble en agua y producto del metabolismo de las grasas en los animales, incluyendo nuestro propio metabolismo.

A lo largo de los años se ha acumulado evidencia científica que demuestra que lo que pensábamos de las grasas saturadas como la mantequilla y del colesterol, era totalmente equivocado.
Se decía que la reducción de los niveles de colesterol, sobre todo del llamado colesterol malo o LIPOPROTEÍNAS DE BAJA DENSIDAD o LDL era la mejor forma de reducir el riesgo de enfermarse del corazón y que esto se lograba reduciendo el consumo de ácidos grasos saturados y aumentando el de los de tipo mono o poli-insaturados.
Todo eso se ha demostrado que es falso.
Analizando cuidadosamente los estudios que respaldaron esas afirmaciones. Sobre todo los realizados en los hospitales mentales de Minnesota entre 1968 y 1973 en que casi 9500 personas de ambos sexos fueron asignados a una DIETA TRADICIONAL AMERICANA o a una DIETA MODIFICADA que bajaba el consumo de grasas saturadas y las sustituía por grasas vegetales poli-instauradas derivadas principalmente del maíz y de margarina vegetal, se encontró fallas muy importantes en el análisis lo cual fue revelado en el año 2016 que demuestran que aunque el colesterol promedio de las personas en la dieta modificada bajó 14%, no se pudo demostrar a largo plazo una disminución en la frecuencia de enfermedad cardiovascular ni en la mortalidad relacionada con eventos cardiacos o accidentes vasculares cerebrales. Realmente se demostró que la mortalidad fue mayor en las personas sometidas a una dieta modificada que en las personas que no disminuyeron la cantidad de grasa saturada y mantuvieron altos niveles de colesterol.
O sea que se demuestra que cambiar el consumo de grasas saturadas por instauradas no solo no disminuye el numero de muertes por ataques al corazón, sino que lo aumenta.
También algunos estudios que trataron de relacionar los países con mayor consumo de grasa saturada con mayores indices de enfermedad cardiovascular, han sido revisados ya que en ellos se omitió incluir muchos países con altos consumos de grasa como algunos pueblos del Japón, de la isla de Creta y otras comunidades de dieta típicamente cargada de grasa en que se tiene una mortalidad y una morbilidad por enfermedad cardiaca, mucho más baja que las sociedades occidentalizadas.
O sea que el colesterol y las grasas saturadas, han sido nuevamente declarados inocentes.
Aun más, se ha demostrado que una dieta BAJA EN CARBOHIDRATOS y alta en grasa como la llamada DIETA CETOGÉNICA tiene un importante efecto cardioprotector tanto en personas que no han sufrido un ataque como en aquellos que desean prevenir un nuevo evento cardiovascular.
Parte de esa protección se asocia con una disminución del peso corporal y un plan de ejercicio moderado pero constante con una disminución de los requerimientos de INSULINA y una disminución del INDICE GLUCÉMICO promedio de los alimentos consumidos.
(Ver también)

Los principales lípidos (compuestos similares a las grasas) plasmáticos, incluidos el colesterol (o colesterol total) y los triglicéridos, no circulan libremente en solución en el plasma, sino que están unidos a proteínas y son transportados en forma de complejos macromoleculares llamados lipoproteínas. (como especie de botecitos llenos de lípidos que flotan en el torrente sanguíneo).

Los quilomicrones en la sangre
Los quilomicrones en la sangre

Las principales clases de lipoproteínas –quilomicrones, proteínas de muy baja densidad (VLDL), lipoproteínas de baja densidad (LDL) y proteínas de alta densidad (HDL) están estrechamente interrelacionadas y se clasifican por sus propiedades.

Los quilomicrones, las lipoproteínas de mayor tamaño son como barcazas cargadas de grasa, transportan los triglicéridos que se absorben en el intestino por medio de los vasos linfáticos o «QUILÍFEROS» y van al hígado por unas venas especiales que se llaman vasos linfáticos, de las cuales el principal es el conducto torácico que se mezcla con la sangre venosa.

En los capilares del tejido graso o adiposo y del músculo, el 90% de los triglicéridos de los quilomicrones es extraído por un grupo de sustancias conocidas como ENZIMAS y los ácidos grasos y el glicerol, derivados de los quilomicrones, entran en los miocitos o células musculares y en otras células del cuerpo para que se extraiga su energía y se utilice en el movimiento muscular y en el trabajo que esos órganos realizan. El sobrante es absorbido por los adipocitos o células grasas para su almacenamiento (ahí está uno de nuestros problemas principales).

El hígado elimina después las partículas no aprovechables de los quilomicrones, pero créanme, desperdicia muy poco.

colesterol-bueno-y-malo1Las VLDL transportan principalmente los triglicéridos (ácidos grasos unidos a glicerol) endógenos o sea los que provienen del hígado a los mismos lugares periféricos (adipocitos y células musculares) para su almacenamiento y utilización y las mismas enzimas que actúan sobre los quilomicrones degradan con rapidez estos triglicéridos endógenos de las VLDL, originando lipoproteínas de densidad intermedia (IDL) que son desprovistas de la mayor parte de sus triglicéridos y que en 2 a 6 horas son degradadas originando LDL, por lo que las VLDL son la principal fuente de las LDL plasmáticas conocidas corrientemente como el COLESTEROL MALO que, como usted puede ver, es posible que no sea colesterol y que tampoco sea tan malo como lo pintan.

El colesterol es una sustancia serosa que su cuerpo utiliza para proteger los nervios, formar tejidos celulares y producir ciertas hormonas. La mayor parte del colesterol dentro de su cuerpo es producido por el hígado. Algo de colesterol también proviene de alimentos como los huevos, carnes y productos lácteos.

Evitemos que nos engañen cuando nos venden productos que dicen en su etiqueta “LIBRES DE COLESTEROL” porque en realidad es muy poco el colesterol que nos comemos como tal (solamente cuando nos atipamos de grasa animal como en el caso de los chicharrones, en el huevo y en otras fuentes puramente animales, aunque el huevo es discutible).

aceiteLa mayoría de las grasas que comemos son de origen vegetal y, por definición, están libres de colesterol. Sin embargo, las llamadas “GRASAS SATURADAS” como las del cerdo, el bistec «prime cut» como el T-bone y las costillas, la manteca, mantequilla, margarina y algunos aceites, se transforman en colesterol más fácilmente en nuestro organismo.

Es por eso que no debemos dejarnos engañar. Lo importante no es que los alimentos tengan o no colesterol, sino que tengan grasas saturadas y aquí tenemos un gran problema y es que las etiquetas nos dicen el porcentaje de grasa pero rara vez nos informan de cuanta de esa grasa es saturada, cuanta mono insaturada o cuanta poli-insaturada (algunas compañías responsables lo están incluyendo actualmente pero rara vez le ponemos atención).

Los alimentos son la fuente de todas las sustancias que entran al organismo y contienen los azucares, almidones, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para que nuestro cuerpo crezca y funcione normalmente y en estos tiempos comemos mucha grasa saturada o sea triglicéridos formados por ácidos grasos que no tienen “dobles enlaces” (no se preocupe si no entiende lo que es esto, simplemente apréndase el término “grasa saturada”) en su estructura y estas sustancias son las principales precursoras del llamado “colesterol malo” que circula en nuestro organismo dañando las arterias y produciendo arteriosclerosis que se ha considerado la causa de las muertes de los seres humanos por enfermedades relacionadas o con el infarto del corazón, el ataque o derrame cerebral, la hipertensión y la obstrucción de las arterias de las piernas que termina en gangrena.

La mayor parte del colesterol, cerca de un 70%, que circula en nuestro cuerpo, lo hace adherido a proteínas de baja densidad (LDL) o sea que es del tipo conocido como colesterol malo aunque el resto, el que se adhiere a las HDL o proteínas de alta densidad, que es el llamado colesterol bueno, nos ayuda a prevenir que el malo se pegue en las arterias del corazón, cerebro y otros órganos. (al menos esa es la teoría que hemos sostenido hasta el momento).

En cuanto a los triglicéridos, éstos se consideran elevados cuando su nivel en la sangre está por encima de 150 miligramos por cada 100 cc de sangre o 150 mg/dl). Esto no debe causarle un susto mayúsculo porque lo más probable es que usted no esté realmente enfermo, a menos que padezca uno de los síndromes metabólicos raros que se describen en la literatura médica.

Generalmente podrá solucionar su problema con solamente seguir algunos lineamientos sencillos como los que hemos incluido en nuestra sección de COMER SALUDABLEMENTE o en LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA NUTRICIÓN.

La verdad sobre el colesterol o por lo menos la que un grupo importante de investigadores a nivel mundial está ahora sosteniendo es que los médicos, con toda nuestra formación, los conocimientos y la autoridad que se ha ido adquiriendo, tendemos a aumentar nuestro ego y difícilmente admitimos que nos hemos equivocado.

Sin embargo, sostienen muchos médicos reconocidos a nivel mundial y Bioquímicos ha llegado el momento de reparar el daño mediante los hechos científicos como los que presenta el doctor Black del departamento de microbiología y bioquímica de Boston University quien dice: «¿Será que llegó el momento de sacar al colesterol de la prisión a la que lo hemos condenado y reivindicarlo como un ciudadano inocente de los cargos que se le imputan»?.

El doctor Lundell cirujano cardiotorácico de la Universidad de Yale en Connecticut cuyas opiniones se pueden ver en http://www.quackwatch.org/11Ind/lundell.html dice que: (traducción libre) «Asistiendo de forma continua a seminarios, los creadores de opinión han insistido en que las enfermedades coronarias son el resultado del simple hecho de tener unos niveles de colesterol muy elevados en sangre. La única terapia aceptada ha sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se reducían las enfermedades coronarias.

¡Pero no está funcionado! Estas recomendaciones no son ni científicamente ni moralmente defendibles. El descubrimiento hace unos años de que es la inflamación en la pared arterial la causa real de la enfermedad cardíaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas».

¿Qué hay de las medicinas contra el colesterol?

Casi un 25% de la población norteamericana toma estatinas, y un 30% de la población ha reducido la cantidad de grasa presente en la dieta, cada vez mueren más personas por enfermedades que afectan al corazón. Las estadísticas de la American Heart Association indican que 75 millones de estadounidenses sufren enfermedades cardíacas, que 20 millones padecen diabetes y 57 millones pre-diabetes.

Estos trastornos afectan cada vez a personas más jóvenes, en mayor número cada año.

Lo que parece tomar cada vez más fuerza es la «TEORÍA DE LA INFLAMACIÓN Y EL ESTRÉS» como causa de esos problemas.

En pocas palabras, sin la inflamación no es posible que se acumule el colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos y se causen de este modo enfermedades cardíacas y apoplejías.

Sin inflamación, el colesterol se mueve libremente por todo el cuerpo y es la inflamación lo que hace que el colesterol quede atrapado.

Ahora… ¿qué es la inflamación?

La inflamación no es un proceso complejo, se trata simplemente de una reacción natural del cuerpo ante invasores extraños, tales como bacterias, toxinas o virus.

El ciclo inflamatorio es una forma de proteger al cuerpo ante invasores bacterianos y virales. Sin embargo, si se expone de forma crónica a nuestro organismo a toxinas o alimentos que el cuerpo humano no está preparado para procesar, se produce entonces una inflamación crónica. La inflamación crónica es tan dañina como beneficiosa una inflamación aguda.

El problema es que en la inflamación crónica las sustancias que se liberan son diferentes y predominan los CORTICOSTEROIDES o sea los derivados de la cortisona que son causa directa de los trastornos metabólicos relacionados con una gran cantidad de enfermedades, entre ellas la obesidad refractaria, la acumulación de grasa en las arterias y en el corazón y los ataques cardiacos, hipertensión arterial y accidentes vasculares cerebrales.

Sostiene el doctor Lundell que la dieta recomendada, baja en grasas y alta en grasas poli-insaturadas y carbohidratos, es la que está causando repetidas agresiones a nuestros vasos sanguíneos, junto con el fenómeno tan difundido del «ESTRÉS». Esta agresión repetida produce una inflamación crónica que conduce a la enfermedad cardíaca, a los accidentes cerebro – vasculares, a la diabetes y la obesidad.

O sea que la lesión e inflamación de nuestros vasos sanguíneos está causada por una dieta baja en grasas, algo recomendado durante años por la medicina convencional. ¿Cuáles son los mayores culpables de la inflamación crónica?

Dice este médico que son: la sobrecarga de hidratos de carbono simples y alimentos muy procesados (azúcar, harina y todos los productos derivados) y un exceso de consumo de aceites vegetales con omega-6, tales como aceites de soya, maíz y girasol, que se encuentran presentes en muchos alimentos procesados.

El azúcar: El veneno blanco…

Resulta tentador saborear dulces, por eso se les llama dulces y comer pan blanco y repostería que metabólicamente es equivalente al azúcar.

El problema es que nuestro cuerpo responde como si un invasor extraño nos declarase la guerra.

Los alimentos cargados de azúcar, carbohidratos simples, o procesados con omega-6, uno de los pilares de la dieta que consumimos diariamente están envenenando lentamente a los seres humanos. Nada más párese en una calle de alta circulación y cuente mentalmente la cantidad de kilos de exceso que pasan en un minuto frente a sus ojos.

Haga el siguiente ejercicio: vea cada persona y estime mentalmente la cantidad de kilos de exceso, sin complicarse simplemente de cinco en cinco y apúntelo en un papel. Asimismo cuente la cantidad de personas con peso normal y asígneles un valor de cero. Sume la cantidad anotada y se asombrará del resultado.

¿Qué es lo que comemos los seres humanos en esta llamada sociedad post-moderna occidental?

Consumimos un 53% de nuestra dieta diaria en forma de carbohidratos, la mayor parte refinados y de ellos un 16% en forma de azúcar dulce (sacarosa glucosa y fructosa, sobre todo el HFCS o sirope de maíz alto en fructosa).

Un 15% de lo que consumimos es proteína y por proteína no se entienda carne ya que tanto los cereales como muchos vegetales como los frijoles y otras legumbres y la leche, huevos y queso tienen altos contenidos de proteína.

El resto hasta completar un 100% es grasa o sea un 32% y de esa grasa el 60% es en forma de grasas saturadas, un 30% son grasas de tipo Omega 6 que también son pro-inflamatorias y solamente un 20% son ingeridas en forma de Omega 9 y Omega 3 que son la grasas más saludables que disminuyen el nivel de inflamación y, por lo tanto, protegen el sistema circulatorio y nervioso.

¿Cómo es que un simple dulce produce una cascada de inflamaciones que hace que el cuerpo enferme? Imagínese que rocía el teclado con miel; esto es una representación visual de lo que ocurre dentro de la célula. Cuando consumimos hidratos de carbono simples, tales como el azúcar, los niveles de en la sangre se elevan rápidamente. Como respuesta, el páncreas produce insulina, cuya misión principal es que el azúcar llegue a todas las células donde se almacena la energía. Pero si la célula está llena y no necesita más glucosa, se rechaza el exceso para evitar una disfunción de los procesos que se llevan a cabo en su interior. Cuando las células rechazan el exceso de glucosa, se elevan los niveles de azúcar en sangre, aumentando la producción de insulina, y se almacena en forma de grasa. Recordemos que el cuerpo no tiene casi capacidad de almacenar azúcares.

¿Y qué hay de la inflamación?

La cantidad de azúcar en sangre se controla entre unos valores máximos y mínimos muy estrechos. Las moléculas de azúcar se unen a una amplia variedad de proteínas, que lesionan las paredes de los vasos sanguíneos. Esta lesión repetida de las paredes de los vasos sanguíneos desencadena la inflamación.

Cuando sube el nivel de azúcar en sangre varias veces al día, todos los días, es como frotar con papel de lija el delicado interior de los vasos sanguíneos. Si bien no puede observarlo, puede estar seguro de que ocurre así. De hecho todos los pacientes con enfermedad coronaria tenían un denominador común: la inflamación de las arterias.

Volvamos al asunto de los dulces. Bajo su inocente aspecto, no sólo contienen azúcar, sino que también están elaborados con ácidos grasos omega-6, tales como los provenientes de la soja. Las patatas fritas se fríen con aceite de soja, muchos alimentos procesados se fabrican con ácidos grasos omega-6, para que así tengan más larga duración. Mientras que las grasas omega-6 son esenciales al formar parte de la membrana celular, y así controlar lo que entra y sale de la célula, deben estar en un equilibrio adecuado con los omega-3 y con los omega 9 (como los que se encuentran en el aceite de oliva o canola o Canadian Oil Low Acid llamado el aceite del corazón).

Si hay un consumo excesivo de ácidos grasos omega-6, la membrana de la célula produce unas sustancias químicas denominadas citoquinas pro-inflamatorias, que causan directamente inflamación.

Hoy en día, la dieta suele producir un desequilibrio muy grande entre estos dos tipos de ácidos grasos. La relación de desequilibrio puede estar en torno de 15:1, o incluso de 30:1 en favor de los ácidos grasos omega-6. Esto produce una enorme cantidad de citoquinas pro-inflamatorias, siendo lo ideal sería una proporción de 3:1.

ver ácidos grasos omega-3

Para empeorar aún más las cosas, el sobrepeso produce una sobrecarga de células grasas que vierten grandes cantidades de productos químicos pro-inflamatorios, lo que se suma a las lesiones causadas por los altos niveles de azúcar en sangre. Recordemos que la grasa acumulada en nuestro tejido adiposo, al igual que la de res o cerdo, es grasa saturada al 100% por lo que al liberarse al torrente sanguíneo [cosa que ocurre constantemente] es como si estuviéramos todo el tiempo comiendo chicharrones.

De esta manera el proceso que comenzó consumiendo productos dulces se convierte en un círculo vicioso que con el tiempo genera una enfermedad cardíaca, elevada presión arterial, diabetes, y por último, Alzheimer, si el proceso inflamatorio no disminuye.

Para colmo de males, el consumo de dulces produce una ADICCIÓN a la que hemos llamado la adicción blanca (ver artículo en el azúcar es adictivo )

No hay otra solución para disminuir la inflamación que consumir los alimentos lo más cercano posible a su estado natural. Para reconstruir un músculo, se deben consumir más proteínas. Para energía elija carbohidratos complejos, tales como los presentes en frutas, verduras y granos integrales. Reduzca o elimine el consumo de los ácidos grasos omega-6, tales como el aceite de maíz y soya, y los alimentos procesados que se han elaborado con estos aceites. Una cucharada de aceite de maíz contiene 7.3 gramos de ácidos grasos omega-6; la soya 7 gramos.

En su lugar, utilice aceite de oliva o mantequilla, procedente de animales alimentados con pasto.

Las grasas animales contienen menos del 20% de omega-6 y son mucho menos propensas a producir inflamación que los aceites poli-insaturados, de los que se dicen que son supuestamente saludables, como los que se encuentran en las margarinas.