Temas Médicos y de Nutrición Clínica
Dejar de fumar:
Dr. Piza a tu Salud
Otra pregunta que puede determinar la estrategia a seguir es; ¿Qué cigarrillo te produce mayor satisfacción?
Puede ser el primero de la mañana o cualquier otro 0 pero normalmente las personas que fuman el primer cigarrillo antes del desayuno o se despiertan muy temprano a fumar, son más adictos físicamente que los que no lo hacen.
Normalmente el fumador adicto es una persona que «NO PROGRAMA SUS CIGARRILLOS» ni puede contestar a la pregunta: ¿cuántos cigarrillos fumas al día?. Simplemente responden en función del dinero que invierten. Compran una cajetilla, dos, tres o cuatro y fuman simplemente cada vez que pueden y por cualquier razón.
Los clasificamos en fumadores ocasionales aquellos que fuman en situaciones especiales, como por ejemplo uno después de cada comida,
Los que fuman menos de 10 cigarrillos
0 Entre 11 y 20 cigarrillos
y más de 21 cigarrillos en la categoría que abarca a los VERDADEROS ADICTOS, que pueden llegar hasta 60 u 80 cigarrillos diarios.
Otras preguntas trascendentes son: ¿Te despiertas por la noche a fumar? ¿Fumas aunque estés enfermo?
Los fumadores que presentan una alta adicción a la nicotina tienen mayor dificultad para abandonar el hábito. Eso no hay duda pero también es cierto que son los que tienen una menor tasa de recurrencia cuando deciden dejar el vicio.
Tratamiento Farmacológico para dejar de fumar
En algunos casos se pueden usar tratamientos farmacológicos que, de forma complementaria pueden ayudarte a dejar de fumar.
Sin embargo no recomendamos esos tratamientos en todas las personas y lo que proponemos es un primer tratamiento con base en terapia de hipnosis y relajación y con un programa de cesación progresiva que abarque al menos cuatro semanas. Solamente se indican medicamentos cuando hay una recidiva o una recaída, lo cual ocurre en un 30% de los casos.
La razón para esto es que aunque existe una adicción física al tabaco o a la nicotina, esto no es el único factor, cualquier fumador ya que si fuera solamente una adicción física, cualquier fumador que permaneciese una semana entera sin fumar no tendría que volver a desear un cigarrillo, ya que la tasa de nicotina en sangre habría descendido a cero y no habría ninguna razón física que explicara las ganas de volver a fumar.
Sin embargo, podemos encontrar numerosos ejemplos en los que este hecho no se cumple.
Existen, por lo tanto, otros principios que, añadidos a la adicción física, explican por qué se fuma.
Entre ellos:
Razón Social o Práctica ya que fumar se convierte en un hábito debido fundamentalmente a la práctica. Si calculas el número de cigarrillos que puedes fumar a lo largo de tu vida, seguro que la cifra te asombrará. ¡Esta suma puede oscilar entre 50.000 y 300.000 cigarrillos! Si lo piensas detenidamente, observarás que existen pocas cosas que hayas realizado tantas veces.
Con la práctica la conducta de fumar acaba por automatizarse, lo que significa que ya no es necesaria tu decisión. Así, en numerosas ocasiones, te encontrarás fumando sin saber por qué, o encendiendo un cigarrillo cuando todavía tienes otro en el cenicero sin terminar.
Otro determinante del hábito es la asociación del cigarrillo a numerosas actividades lo que conlleva que el hecho de realizarlas, te provoque el deseo de fumar. Asocias fumar con el sexo, con salir a comer, con tomar unos tragos, con ir al baño, con estar estresado, con muchas otras actividades de la vida, de manera que el cigarrillo se vuelve para el fumador como el acompañante permanente de las principales actividades de la vida.
NO ME PUEDO TOMAR UNA TAZA DE CAFÉ SIN FUMAR UN CIGARRILLO (dicen muchos fumadores y esta es probablemente la asociación más difícil de vencer) Posiblemente el mayor éxito que han generado los «AMBIENTES LIBRES DEL HUMO DEL TABACO» y la prohibición de fumar en aviones, restaurantes, cines y edificios públicos logra ROMPER LA DEPENDENCIA PSICOLÓGICA o sea la asociación entre actos sociales y fumar.
Además de todo lo dicho anteriormente, la conducta de fumar se mantiene porque cada vez que fumas crees que obtienes consecuencias positivas, tales como: sensación de placer, de relajación, alivio de los síntomas de abstinencia, etc.
Para dejar de fumar es importante que lleves un proceso en el que tendrás que aprender a realizar tus actividades cotidianas sin tabaco. Y esto no siempre es fácil.
Dejar de fumar tiene tres etapas:
- Cesación
- Deshabituación
- Consolidación
Nuevamente recurrimos a la frase de Mark Twain «Dejar de fumar es muy fácil, yo lo he hecho muchas veces» y es que la etapa de cesación es posiblemente la más fácil de las tres: «Simplemente decidimos no fumar más y tiramos la última cajetilla que compramos a la basura» el problema se presenta cuando aparecen los hábitos que usualmente asociamos con el fumado.
Vencer la adicción física. O sea matar al monstruo de nuestro cerebro implica un cambio fisiológico que se puede lograr simplemente con «FUERZA DE VOLUNTAD» o con la motivación derivada de ayuda externa.
También son importantes los estímulos negativos como las prohibiciones de fumar en diferentes ambientes de trabajo, el quedar embarazada, una nueva relación amorosa con una persona que no tolera el olor al tabaco o simplemente una decisión personal.
Una vez que pasas una semana sin fumar viene el problema más serio porque generalmente se han desvanecido las determinaciones y estímulos positivos y negativos entonces comienza una época dura en que tendrás que vencer los hábitos o sea romper las relaciones entre FUMAR Y REALIZAR ACCIONES DE TU VIDA COTIDIANA.
Sí, en los próximos 30 días y hasta 6 meses tendrás que CONSOLIDAR la cesación y esa es etapa en que influyen factores físicos, sociales y económicos, pero es fundamental la motivación que tengas para dejar de fumar.