Todas las drogas, legales o ilegales, producen adicción en personas susceptibles y pueden ser consumidas prácticamente sin peligro por otras personas que, por algún motivo que todavía no conocemos, no tienen tendencia a las adicciones.
Sin embargo, si el consumo continua, el riesgo de volverse adicto aumenta exponencialmente y todas producen alteraciones en los órganos internos de los seres humanos principalmente porque se incorporan en los procesos metabólicos «normales» alterándolos y haciendo que la persona dependa de la droga.
La sinapsis puede ser de dos tipos, eléctrica pura o química pero en ambos casos hay transferencia de electrones
Con mucho, la droga más consumida es la «NICOTINA» contenida en el tabaco principalmente. Según la Organización Mundial de la Salud existen en el mundo unos 1300 millones de fumadores y cada día, 100 mil jóvenes menores de 18 años (de los cuales 80% viven en países en desarrollo) comienzan a fumar. De esos jóvenes el 56% son mujeres y solamente la mitad continuará con el vicio ya que la otra mitad lo dejará antes de un año de haber iniciado.
Pero «¿QUÉ HACE LA NICOTINA EN NUESTRO CUERPO?» y por qué nos volvemos adictos?
Efectos de la nicotina
La nicotina es un alcaloide derivado de la ornitina que se encuentra en las plantas del genero Nicotiana sp, o sea en el tabaco de cualquier tipo, fundamentalmente.
Los efectos de la nicotina en el hombre dependen de la dosis, pudiendo comportarse como un estimulante o como un bloqueante de la transmisión nerviosa ganglionar. Como estimulante produce un aumento de la atención, mejora la memoria y disminuye la irritabilidad.
Debido a su capacidad de adicción y tolerancia – o sea que el fumador va necesitando cantidades mayores para satisfacer sus necesidades corporales – la persona llega a necesitar mantener niveles sanguíneos de nicotina casi permanentes y, cuando estos niveles disminuyen, se siente la necesidad de fumar nuevamente.
Si esta necesidad no se satisface, se pueden llegar a desarrollar estados de irritabilidad, nerviosismo, falta de concentración, etc. Normalmente estos efectos remiten volviendo a fumar. Los fumadores afirman que fumar les tranquiliza, pero, sin menospreciar los efectos directos de la nicotina, lo que en realidad ocurre es que «no fumar» los irrita, o sea que tienen la necesidad de fumar para que sus procesos metabólicos en los que la nicotina se ha incorporado, necesitan de la droga.
La «dosis» de tabaco que se requiere va a variar de acuerdo a la persona y al tiempo que tiene de fumar.
Todas las drogas, legales e ilegales, producen alteraciones en las personas y no exclusivamente cambios en la personalidad sino a los órganos internos de los seres humanos y sus conexiones internas o sea principalmente en las NEURONAS o células nerviosas distribuidas en el cerebro, la médula espinal y el sistema digestivo o circulatorio, principalmente.
Aunque la nicotina puede ingresar al cuerpo a través de la piel o de las membranas mucosas de la nariz o la boca, la mayoría de las personas ingieren nicotina cuando fuman cigarrillos. Fumar cigarrillos permite el ingreso de esta sustancia en los pulmones, los cuales están llenos de capilares y sacos de aire llamados alveolos que permiten el paso directo de esta sustancia a la sangre, pudiéndose detectar niveles altos de nicotina, menos de 10 segundos después de inhalar el humo del tabaco.
Normalmente, estos alveolos se encargan de intercambiar oxígeno con dióxido de carbono y nitrógeno cuando respiramos. Una vez que el humo del cigarrillo se inhala hacia los pulmones, la nicotina se traslada a través de los alveolos hacia el torrente sanguíneo y en tan solo quince segundos se transporta a lo largo del cuerpo y llega al cerebro.
La nicotina actúa sobre las neuronas que existen por millones en el cerebro pero también más de 400 millones de ellas en el aparato digestivo y otra cantidad en otros órganos. Las neuronas son las células que transfieren la información a lo largo de todo el sistema nervioso; entre dos neuronas se produce la sinapsis por la que se transmite electricidad por medio de «NEURO-TRANSMISORES» o sea pequeñísimas barcazas que se cargan de electricidad de un lado y sueltan la misma al lado contrario de la sinapsis.
Cuando una neurona libera un neurotransmisor este se une a la siguiente neurona en la «cadena» y pone en marcha la respuesta de nuestro cuerpo como mover un músculo, hacer que el intestino avance su contenido, que una arteria se contraiga o que se liberen hormonas.
La nicotina se adhiere a un subconjunto de neuronas que trabajan por medio del neurotransmisor llamado acetilcolina y la bloquea no permitiendo que transmita los mensajes que tienen que ver con el movimiento muscular y el nivel de energía del cuerpo.
Cuando la nicotina bloquea a estos receptores, el cuerpo libera más acetilcolina en un intento de eliminar el bloqueo y esa cantidad adicional provoca que el cerebro libere otro tipo de neurotransmisor, la dopamina, que controla, entre muchas otras cosas, los centros del placer y la saciedad del cerebro.
Los niveles de acetilcolina hacen que el individuo esté más alerta pero el aumento de la dopamina produce que la persona se sienta relajada. Sin embargo, estos dos no son los únicos efectos de la nicotina, ya que el alto nivel de acetilcolina provoca la liberación de endorfinas y glutamato. Las endorfinas producen una sensación de felicidad y el glutamato está involucrado en la creación de la memoria, toma imágenes espontáneas de todo el proceso que ocurre en ese momento y las asocia con sensaciones agradables que estimulan el uso continuo de la sustancia, lo cual se convierte, en última instancia, en adicción.
Otra pregunta que puede determinar la estrategia a seguir es; ¿Qué cigarrillo te produce mayor satisfacción?
Puede ser el primero de la mañana o cualquier otro 0 pero normalmente las personas que fuman el primer cigarrillo antes del desayuno o se despiertan muy temprano a fumar, son más adictos físicamente que los que no lo hacen.
Normalmente el fumador adicto es una persona que «NO PROGRAMA SUS CIGARRILLOS» ni puede contestar a la pregunta: ¿cuántos cigarrillos fumas al día?. Simplemente responden en función del dinero que invierten. Compran una cajetilla, dos, tres o cuatro y fuman simplemente cada vez que pueden y por cualquier razón.
Los clasificamos en fumadores ocasionales aquellos que fuman en situaciones especiales, como por ejemplo uno después de cada comida,
Los que fuman menos de 10 cigarrillos
0 Entre 11 y 20 cigarrillos
y más de 21 cigarrillos en la categoría que abarca a los VERDADEROS ADICTOS, que pueden llegar hasta 60 u 80 cigarrillos diarios.
Otras preguntas trascendentes son: ¿Te despiertas por la noche a fumar? ¿Fumas aunque estés enfermo?
Hay personas que fuman aun estando enfermos de los pulmones o la garganta e incluso recuerdo un paciente que fumaba a través de la traqueostomía
Los fumadores que presentan una alta adicción a la nicotina tienen mayor dificultad para abandonar el hábito. Eso no hay duda pero también es cierto que son los que tienen una menor tasa de recurrencia cuando deciden dejar el vicio.
Tratamiento Farmacológico para dejar de fumar
En algunos casos se pueden usar tratamientos farmacológicos que, de forma complementaria pueden ayudarte a dejar de fumar.
Sin embargo no recomendamos esos tratamientos en todas las personas y lo que proponemos es un primer tratamiento con base en terapia de hipnosis y relajación y con un programa de cesación progresiva que abarque al menos cuatro semanas. Solamente se indican medicamentos cuando hay una recidiva o una recaída, lo cual ocurre en un 30% de los casos.
La razón para esto es que aunque existe una adicción física al tabaco o a la nicotina, esto no es el único factor, cualquier fumador ya que si fuera solamente una adicción física, cualquier fumador que permaneciese una semana entera sin fumar no tendría que volver a desear un cigarrillo, ya que la tasa de nicotina en sangre habría descendido a cero y no habría ninguna razón física que explicara las ganas de volver a fumar.
Sin embargo, podemos encontrar numerosos ejemplos en los que este hecho no se cumple.
Existen, por lo tanto, otros principios que, añadidos a la adicción física, explican por qué se fuma.
Entre ellos:
Razón Social o Práctica ya que fumar se convierte en un hábito debido fundamentalmente a la práctica. Si calculas el número de cigarrillos que puedes fumar a lo largo de tu vida, seguro que la cifra te asombrará. ¡Esta suma puede oscilar entre 50.000 y 300.000 cigarrillos! Si lo piensas detenidamente, observarás que existen pocas cosas que hayas realizado tantas veces.
Con la práctica la conducta de fumar acaba por automatizarse, lo que significa que ya no es necesaria tu decisión. Así, en numerosas ocasiones, te encontrarás fumando sin saber por qué, o encendiendo un cigarrillo cuando todavía tienes otro en el cenicero sin terminar.
Otro determinante del hábito es la asociación del cigarrillo a numerosas actividades lo que conlleva que el hecho de realizarlas, te provoque el deseo de fumar. Asocias fumar con el sexo, con salir a comer, con tomar unos tragos, con ir al baño, con estar estresado, con muchas otras actividades de la vida, de manera que el cigarrillo se vuelve para el fumador como el acompañante permanente de las principales actividades de la vida.
NO ME PUEDO TOMAR UNA TAZA DE CAFÉ SIN FUMAR UN CIGARRILLO (dicen muchos fumadores y esta es probablemente la asociación más difícil de vencer) Posiblemente el mayor éxito que han generado los «AMBIENTES LIBRES DEL HUMO DEL TABACO» y la prohibición de fumar en aviones, restaurantes, cines y edificios públicos logra ROMPER LA DEPENDENCIA PSICOLÓGICA o sea la asociación entre actos sociales y fumar.
Además de todo lo dicho anteriormente, la conducta de fumar se mantiene porque cada vez que fumas crees que obtienes consecuencias positivas, tales como: sensación de placer, de relajación, alivio de los síntomas de abstinencia, etc.
Para dejar de fumar es importante que lleves un proceso en el que tendrás que aprender a realizar tus actividades cotidianas sin tabaco. Y esto no siempre es fácil.
Dejar de fumar tiene tres etapas:
Cesación
Deshabituación
Consolidación
Nuevamente recurrimos a la frase de Mark Twain «Dejar de fumar es muy fácil, yo lo he hecho muchas veces» y es que la etapa de cesación es posiblemente la más fácil de las tres: «Simplemente decidimos no fumar más y tiramos la última cajetilla que compramos a la basura» el problema se presenta cuando aparecen los hábitos que usualmente asociamos con el fumado.
Vencer la adicción física. O sea matar al monstruo de nuestro cerebro implica un cambio fisiológico que se puede lograr simplemente con «FUERZA DE VOLUNTAD» o con la motivación derivada de ayuda externa.
También son importantes los estímulos negativos como las prohibiciones de fumar en diferentes ambientes de trabajo, el quedar embarazada, una nueva relación amorosa con una persona que no tolera el olor al tabaco o simplemente una decisión personal.
Una vez que pasas una semana sin fumar viene el problema más serio porque generalmente se han desvanecido las determinaciones y estímulos positivos y negativos entonces comienza una época dura en que tendrás que vencer los hábitos o sea romper las relaciones entre FUMAR Y REALIZAR ACCIONES DE TU VIDA COTIDIANA.
Sí, en los próximos 30 días y hasta 6 meses tendrás que CONSOLIDAR la cesación y esa es etapa en que influyen factores físicos, sociales y económicos, pero es fundamental la motivación que tengas para dejar de fumar.
¿Que tan cierto es esto?
Se han llevado a cabo numerosos estudios para determinar si el riesgo de fumar es algo real o simplemente es una noticia «Sensacionalista» que se ha hecho con intereses comerciales y propaganda. Sin embargo el asunto es real y el habito de fumar cigarrillos es la actuación prevenible más importante como condicionante de mala salud y mortalidad en el mundo actual.
De acuerdo a varias organizaciones como la American Lung Association, la lista de enfermedades asociadas con el consumo crónico de más de 8 cigarrillos por día es impresionante, incluyendo bronquitis crónica EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), enfisema pulmonar, bronquitis crónica, enfermedades del corazón y de las arterias cerebrales, aneurisma de la aorta, leucemia, cataratas, neumonía, enfermedad periodontal y varios cánceres como los de pulmón, mama, vejiga, esófago, páncreas, estómago, cuello del útero, riñón e hígado.
Se ha determinado en el último informe del Surgeon General (cirujano general) de los Estados Unidos que al menos uno de cada tres muertes por cáncer se relaciona con el consumo actual o previo del cigarrillo.
Hace 50 años que el Cirujano General de esa época llamó la atención sobre los daños derivados del cigrrillo y obligó a que en todo el mundo, se pusiera una leyenda que advierta sobre los efectos nocivos del cigarrillo en cada cajetilla. Este fue el principio de una campaña que llevó a una reducción de un 20% de la frecuencia de fumar en exceso en muchos países, aunque en otros como España, Cuba, Argentina y muchos de los países árabes, la campaña no ha sido tan exitosa.
En América Latina y nuestro país no es una excepción, hay una alta frecuencia de ingreso al hábito de fumar entre los adolescentes, aunque luego de 10 años, solamente uno de cada tres continúa fumando.
Deje de fumar hoy mismo, nunca se arrepentirá de haber dado ese paso. Busque ayuda si no lo puede lograr por si mismo.
Ver el informe completo en http://www.surgeongeneral.gov/library/reports/50-years-of-progress/exec-summary.pdf
Dejar de fumar.. si se puede
Empezar a fumar es algo que posiblemente ocurrió en forma imperceptible y hace muchos años. Dejarlo no será tan fácil e implica un cambio importante en tu comportamiento. Debes hacerlo para tu salud
Si estás leyendo esto es porque tienes un interés real en dejar de fumar o ya lo has decidido, te felicitamos y esperamos que esta publicación te ayude a lograrlo, junto con nuestro programa de «MOTIVACIÓN POSITIVA E HIPNOSIS PARA DEJAR DE FUMAR». Para ello, ponemos a tu disposición una serie de estrategias dirigidas a romper el consumo de tabaco, haciendo hincapié en el hecho de que fumar es una conducta aprendida y que, por tanto, puede ser controlada si te lo propones realmente.
Esta publicación te ofrece información sobre diversos aspectos relacionados con el tabaco y con dejar de fumar en general. Esta parte está dirigida a informar y aclarar diversas dudas y aspectos sobre los cuales es importante reflexionar antes de dejar de fumar.
Recuerda que nadie puede tomar la decisión de dejar de fumar por ti. Solamente tú puedes lograrlo y no necesitas eso llamado «FUERZA DE VOLUNTAD» solamente una decisión firme y un conocimiento de los beneficios que obtendrás y los posibles perjuicios que te puede acarrear tu actual vicio.
Recuerda que no existe una fórmula mágica. El abandono del tabaco implica un esfuerzo personal que requiere tiempo y una firme decisión.
Prepárate para dejar de fumar y, si estás decidido o decidida, entonces vamos ¡Adelante!
No creas cuando te dicen que “dejar de fumar es cuestión de fuerza de voluntad” Frecuentemente, cuando nos planteamos dejar de fumar, aparece la idea de fuerza de voluntad como algo necesario para conseguirlo. Este concepto incluye aspectos tan variados como capacidad de esfuerzo, constancia, resistencia ante los problemas y/o los obstáculos, etc.
Es importante saber que la fuerza de voluntad no es un rasgo de la personalidad, no es que una persona tiene más o menos fuerza de voluntad. A eso le llamamos más bien DETERMINACIÓN y no es algo con lo que nacemos o que tenemos siempre o por el contrario algo de lo que carezcamos. La fuerza de voluntad es un esfuerzo que realizamos cuando tenemos un gran interés por conseguir un objetivo determinado.
Está demostrado que eso que llamamos FUERZA DE VOLUNTAD no es otra cosa que una mezcla de tres elementos:
INTERÉS POR EL OBJETIVO A LOGRAR. No es la misma determinación que tienes por ir diariamente a un trabajo que te desagrada que por asistir con tu novia o novio a una fiesta agradable. Simplemente la fuerza de la voluntad es maleable y adaptable de acuerdo a las circunstancias.
BENEFICIO PERCIBIDO (o sea el beneficio que esperamos lograr con la realización del objetivo)
ESTÍMULOS EXTERNOS que pueden ser negativos cuando tenemos a alguien que nos promete un castigo si no logramos el objetivo o positivo cuando simplemente hay una persona u organización que nos premia por lograrlo)
Mark Twain
“Dejar de fumar es muy fácil. Yo lo he dejado miles de veces” Esta famosa cita atribuida a Mark Twain, el famoso escritor norteamericano, refleja la posición que muchos fumadores mantienen ante el proceso de dejar de fumar.
Pero, piensa por un momento… si es tan fácil dejar de fumar ¿por qué se deja muchas veces antes de lograrlo realmente?
Mantenerse sin fumar es algo que aprendemos, y por ello es posible fracasar en algunos intentos hasta que finalmente lo conseguimos. (se calcula que cada persona que realmente deja de fumar, lo ha intentado al menos tres veces anteriores).
Probablemente, si preguntas a los ex-fumadores que conoces, muchos te contestarán que lo intentaron más de una vez hasta que lo lograron.
A la izquierda puedes ver un pulmón normal y a la derecha uno de un fumador severo. Puedes notar la diferencia
Muchos fumadores no se plantean dejar de fumar por el miedo a las recaídas. Creen que su esfuerzo será inútil y que finalmente volverán a fumar. Es importante que no olvides que de los errores se puede, y es necesario, aprender. En algunos casos la simple idea de NO FUMAR resulta aterradora y libera adrenalina y te hace entrar en pánico. Olvídate de eso y simplemente aprende a vislumbrar LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL y verás que el premio que obtendrás valdrá el boleto. Conversa con personas que han dejado de fumar y aprende de ellos los beneficios que han obtenido. Ve algunas de las fotos que incluimos en estos artículos y verás el daño que el cigarrillo está haciendo en tu organismo y los riesgos para tu salud y para la de tus allegados.
FUMAR ES HOY DÍA UNA ACTIVIDAD ANTI-SOCIAL Y POCO ACEPTADA. NADIE QUIERE A UN FUMADOR A SU LADO.
Lo más adecuado es pensar que dejar de fumar requiere un esfuerzo, pero que cualquier fumador puede abandonar el consumo del tabaco y mantenerse sin fumar, si realmente quiere hacerlo. Al fin y al cabo, ¿qué podemos lograr en este mundo sin esfuerzo?
“Hay pocas cosas tan gratificantes como el tabaco, dicen los fumadores…
Si lo dejo, disfrutaré menos de la vida” Fumar un cigarrillo es una importante fuente de placer o al menos NOS CALMA EL DISPLACER DE NO FUMAR y eso veremos que se debe al MONSTRUO que llevamos dentro como consecuencia del fumar.
SI ERES PADRE O MADRE, ¿DESEARÍAS DAR A TUS HIJOS EL EJEMPLO DE FUMADOR?
Por ello, en los primeros momentos del abandono es frecuente que aparezca la sensación de haber perdido algo importante. Sin embargo, a medida que transcurran los días, esta sensación desaparecerá.
Poco a poco, el cigarrillo perderá su importancia y volverás a disfrutar de las cosas y actividades de la misma forma que antes pero sin la sensación de culpa que te genera fumar, sabiendo que estás poniendo en serio riesgo tu salud y la de tus familiares y amigos.
El fumador debe alimentar a un monstruo que se crea en su cerebro y que requiere constantemente nicotina para sobrevivir
“Se pasa muy mal cuando se deja… Es peor el remedio que la enfermedad” Muchos fumadores tienen miedo a sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia:
irritabilidad,
nerviosismo,
aumento de peso,
ansiedad
estreñimiento
angustia
Estos síntomas no tienden a aparecer con la misma intensidad en todos los fumadores, son temporales y en gran medida controlables por ti.
ALGUNAS IDEAS ERRÓNEAS SOBRE EL TABACO Y EL FUMAR
¿Por qué fumamos? El consumo de tabaco es una conducta compleja que se explica sobre la base de una adicción física y por otra parte por el hábito o sea la dependencia psicológica de la acción de fumar que lo convierte en un patrón de comportamiento.
También se da un sentido de pertenencia («SOY FUMADOR») y ese es uno de los obstáculos más importantes para dejar el vicio. Por eso uno de los primeros pasos es enfatizarnos y auto-convencernos de que «SER FUMADOR NO ES AGRADABLE» y ese convencimiento debe llevarnos a una decisión firme «DEBEMOS DEJAR DE FUMAR CUANTO ANTES».
La adicción física es debida a la nicotina que contiene el tabaco. Al fumar, se produce un aumento inmediato de la tasa de nicotina en sangre la cual solamente dura unos pocos minutos a esto le llamamos «ALIMENTAR AL MONSTRUO»
La nicotina y otras sustancias de menor potencia contenidas en el humo del cigarrillo, provocan una serie de efectos sobre el organismo que son DECRECIENTES en el tiempo. O sea que cada vez se desarrolla tolerancia y, por eso, el fumador necesita cada vez más tabaco (léase el monstruo requiere de más alimento).
Si le das un cigarrillo a un niño recién nacido, de seguro lo matarás por los efectos fisiológicos de la nicotina veremos un poco de esto:
EFECTOS DE LA NICOTINA EN EL SISTEMA NERVIOSO:
La nicotina es un alcaloide contenido en forma natural en las hojas de la Lobelia Nicotinae, la cual es una planta solanácea cultivada por su valor comercial en casi todo el mundo y posiblemente originaria de América.
Las hojas procesadas de esta planta llamada «tabaco» son consumidas de tres principales maneras; masticadas, inhalando su rapé y fumándolas. Los cigarrillos son la forma más popular de consumo, abarcando un 95% del mercado actual.
La nicotina es solamente uno de los 4,000 sustancias contenidas en el humo de cigarrillos, pero es la principal responsable de la adicción al tabaco.
Es una droga psicoactiva y un potente reforzador conductual, capaz de producir severa dependencia química en el consumidor. O sea que la dependencia no es solamente psicológica (dependencia al hábito de fumar) sino también física o sea que la nicotina se incorpora a los procesos normales del sistema nervioso y hace que esos procesos no funcionen bien si falta la droga. Por otra parte, como el efecto solamente dura unos minutos, el fumador necesita estarla consumiendo en forma constante.
La nicotina se absorbe rápidamente de la mucosa nasal, oral y respiratoria llegando al cerebro al cabo de unos 7 a 10 segundos después de una inhalación. Es allí donde ejerce su acción sobre el sistema nervioso.
La nicotina produce efectos tales como elevación de la frecuencia cardíaca y la presión arterial conocidos como efectos NICOTÍNICOS, mediados por un compuesto llamado ACETIL-COLINA. Estos efectos son parecidos a los de los insecticidas organo-fosforados como el malatión o folidol.
El efecto en el cerebro es paradójico, causando una estimulación inicial y luego depresión. Estos efectos son mediados por receptores nicotínicos y son dependientes de la dosis (si se consume la nicotina de un cigarrillo por vía intravenosa, se produce la muerte de manera irreversible).
La nicotina produce estados de animo similares a los producidos por estimulantes psicomotores como las anfetaminas y la cocaína.
Las personas que consumen nicotina lo hacen buscando el efecto placentero proveniente de la estimulación del SNC, o su efecto relajante proveniente de la depresión subsecuente.
Los fumadores crónicos activos, realizan mejor ciertas tareas cuando están fumando que cuando están en abstinencia. Pueden sentir que manejan mejor el estrés y las emociones. De hecho, el fumador crónico (o sea el que tiene al menos tres meses de fumar) depende del cigarrillo para todo. Si está triste fuma, si está festejando, fuma, no puede ir a evacuar el intestino sin un cigarrillo, si tiene estrés, necesita fumar, si está celebrando o tomando licor, fuma y lo hace también en relación al romance y al sexo o después de una comida. O sea que simplemente fuma por todo y no tiene esto que ver con uno u otro efecto del cigarrillo sino simplemente con la adicción a la nicotina. El monstruo que ha creado en su cerebro le exige un tributo permanente.
La tolerancia se desarrolla hacia los efectos subjetivos de la nicotina y al sentimiento de euforia del consumidor, tal como ocurre con los estimulantes y opiáceos. La persona cada vez tiene que fumar más para satisfacer el apetito del monstruo que lo domina totalmente hasta que «DECIDA MATARLO» y esa es una decisión que solamente la persona puede tomar, nadie o nada puede obligarlo.
Otro problema del fumador es el consumo de MONÓXIDO DE CARBONO. Sí simplemente el mismo gas que se usa para suicidarse encendiendo el motor de un auto en un espacio cerrado.
El monóxido se une a la hemoglobina de manera irreversible y solamente se eliminará cuando el cuerpo destruya esa hemoglobina y la sustituya por nueva.
Cuando las personas dejan de fumar, los niveles sanguíneos de monóxido de carbono y nicotina descienden rápidamente. También la frecuencia cardíaca baja un promedio de 5 a 10 latidos por minuto y la frecuencia respiratoria de 2 a 3 respiraciones por minuto, solamente en el primer día de abstinencia, y sigue bajando hasta estabilizarse mientras no se vuelva consumir nicotina.
EL MONSTRUO:
Después de media a una hora del último cigarrillo, el monstruo empieza a reclamar su alimento ya que los niveles de nicotina en sangre van descendiendo y empiezan a notarse sensaciones de malestar que sólo desaparecerán cuando vuelvas a fumar.
Es en este momento cuando aparece la urgencia por fumar y la necesidad de volver a suministrar nicotina al monstruo que te domina totalmente.
¿POR QUÉ FUMAS?
Y aquí la respuesta no es «POR QUÉ EMPEZASTE A FUMAR HACE VEINTE O DIEZ AÑOS» ya que eso ocurrió por motivos generalmente insustanciales o circunstanciales. Una relación con una novia o un novio que fumaba, te dijeron que te veías sexi con un cigarrillo, fue un reto con un amigo que te incitó a fumar o simplemente te dejaste llevar por la corriente. Simplemente todo el mundo alredor tuyo fumaba y era «COOL» hacerlo tu también.
Tiene mucha importante el tiempo que pasa entre que te levantas y fumas tu primer cigarrillo ya que este tiempo tiende a disminuir con el paso de los años. Al principio no tolerabas un cigarrillo antes de las 10 de a mañana o no lo tolerabas antes del desayuno o del almuerzo, pero poco a poco has ido incluyendo al menos uno o dos cigarrillos poco tiempo después de levantarte en la mañana o incluso antes de dejar la cama.
Ahora tienes dificultad si te obliga a no fumar en lugares donde está prohibido (aviones, restaurantes, hospitales, cines). Al punto que puedes llegar a decidir no viajar o no visitar esos lugares con tal de no verse obligado u obligada a no fumar.
El asunto de «CUANTO FUMAS» es trascendente para algunas personas que desean dejar el vicio. Algunas personas que fuman mucho lo dejan más fácilmente que los que fuman menos, mientras que a otros que fuman relativamente poco, se les complica mucho la cosa.
Parece que es más importante el temperamento adictivo de cada persona que simplemente la cantidad de cigarrillos, cigarros u otros que se consumen.