Temas médicos y de Nutrición Clínica
5 a day Cinco al día Norma Aci (american cancer institute)
Muchas de las personas que mueren de cáncer no lo hacen a consecuencia directa de la enfermedad sino por complicaciones o enfermedades intercurrentes. La mala nutrición se ha calculado como la causa de al menos un 25% de las muertes atribuidas actualmente a los tumores malignos.
Comer frutas o verduras al menos cinco veces al día en porciones moderadas pero suficientes es una de las mejores maneras de protegernos contra el cáncer en diversas partes del cuerpo.
Se ha demostrado que el efecto antioxidante de los vegetales frescos incluyendo las frutas, ejerce un efecto protector contra los tumores de mama, colon, páncreas, hígado, estómago, esófago y algunos otros.
El régimen alimenticio tiene mucha relación con el cáncer, tanto en su prevención, en su aparición como en su tratamiento y paliación (manejo de los casos terminales que no son sujeto de recuperación o curación).
En la prevención se sabe que al menos el 30% de los tumores malignos se asocian hoy en día con los alimentos y no tanto con los llamados «CANCERIGENOS» sino con una alimentación inadecuada. Por otra parte comer bien y saludable es además agradable y el consumo de alimentos “poco saludables” y exceso de cárnicos lleva a cambios hormonales y aumenta la predisposición a los tumores.
Por esa razón es que se recomiendan las cinco porciones de frutas o vegetales por día y se trata de evitar el consumo de excesiva cantidad de carne y derivados de los animales.
Se sabe que, actualmente la población norteamericana consume 20 libras por año y por persona menos de carne que hace veinte años y que la misma carne, sobre todo la de cerdo, tiene un porcentaje menor de grasa. Sin embargo en los países desarrollados y en las clases sociales medias de los países latinoamericanos, aún se consumen más de 40 kilos por año por persona y eso, simplemente es mucho.
La otra ocasión en que la nutrición y el cáncer se encuentran cara a cara es en relación con el tratamiento quirúrgico de los tumores o con la aplicación de quimioterapia o radioterapia, ya que un estado de desnutrición secundaria, que frecuentemente afecta a los enfermos con tumores malignos (aunque en apariencia se vean bien nutridos) hace que el resultado de esos tratamientos no sea adecuado y aumenta el riesgo de muerte o complicaciones asociadas a ellos.
Hay una tercera instancia en que el cáncer se ve afectado por la nutrición y es en las etapas incurables o de tratamiento paliativo. En ellas el objetivo del tratamiento ya no es curar el tumor, cosa que se ha vuelto imposible, sino asegurar una buena calidad de vida y una supervivencia en las mejores condiciones que se pueda. Esto se torna muy difícil cuando el enfermo se desnutre lo que ocurre como consecuencia de las dificultades para alimentarse que se derivan del mismo tumor, de los tratamientos previos y de la depresión que acompaña al paciente y frecuentemente a sus familiares. El cuidado profesional especializado en el área de la nutrición clínica en estas circunstancias, es fundamental para asegurar al paciente una sobrevida con dignidad y unas condiciones de vida aceptables.
SEIS PORCIONES DIARIAS DE FRUTAS Y VEGETALES RECOMIENDA