Los siete jinetes de la muerte

REGRESAN LOS DEMONIOS (O a lo mejor… nunca se han ido)

La aparición de los antibióticos y los métodos de control de infecciones después de la segunda guerra mundial, alimentó esperanzas en los científicos y no científicos del mundo, en el sentido de una posible “erradicación total” de ese flagelo que la humanidad ha tenido que enfrentar. Ese optimismo tuvo su pico en la declaración de la OMS en 1978 en Alma Ata (antigua Unión Soviética) en la que se formularon los postulados de Salud Para Todos para el Año 2000, que predecían que aún las naciones más pobres de la Tierra iban a tener una transición en sus sistemas de salud, con erradicación prácticamente total de las principales enfermedades de transmisión masiva y que las infecciones no serían más una amenaza para la salud del mundo. Veamos cual fue la triste realidad               

Las enfermedades infecciosas permanecen a nivel mundial como la primera causa de muerte, produciendo de un 25 a un 35% de todas los decesos que se registran anualmente (entre 13.5 y 19 millones de muertes en 2015).

La mayor parte de las muertes por infecciones ocurren en los países pobres y entre ellos la mayoría de las víctimas son niños.

Las infecciones cuentan por en 41% de la “Carga de Enfermedad” valorada por años de vida ajustados por discapacidad (DALYS), en comparación con un 43% de las enfermedades no infecciosas y un 16% de los accidentes o muertes violentas

A pesar de que ha habido algún progreso en el control de las enfermedades previsibles por vacuna, como polio, tétanos neonatal y sarampión, un documento producido por el gobierno de los Estados Unidos  ha identificado al menos 29 nuevas enfermedades infecciosas que han aparecido desde 1973, muchas de ellas incurables o de muy difícil control como el VIH/SIDA, la fiebre hemorrágica Ébola, Hepatitis C los distintos tipos de SARS, etc.

Una veintena de enfermedades que se encontraban “controladas”, como la tuberculosis, el cólera, la malaria y el dengue, ha re-emergido después de un periodo de aparente disminución, con el agravante que volvieron con mayor fuerza y con cepas más resistentes a los métodos tradicionales de control.

La globalización y el aumento de los movimientos trans-fronterizos de personas y bienes perecederos ha creado un riesgo permanente de extensión epidémica de algunas infecciones que, hasta el momento se han mantenido aisladas a los países menos favorecidos, sobre todo el África Sub-Sahara, el Lejanía o Oriente y algunos países de la antigua Unión Soviética. Así tenemos que en los Estados Unidos el número de muertes por infecciones se ha duplicado desde 1980 en que se alcanzó e l nivel más bajo de la historia, llegando a 170,000 muertes en 2009.

Los Siete Jinetes de la Muerte:

Las 7 enfermedades infecciosas más mortíferas del momento son, de acuerdo a la OMS y al AFMIC (Armed Forces Medical Intelligence Center) 1.-  HIV/SIDA, 2.-  tuberculosis, 3.-malaria,  4.- hepatitis B y C, 5.-  enfermedades respiratorias bajas, 6.-  diarrea y 7.- sarampión.

HIV/SIDA

Después de su descubrimiento en 1983, la expansión de la pandemia del SIDA creció rápidamente a lo largo del mundo y, a pesar de que al parecer, su crecimiento se ha contenido en algunos países, a nivel global no se ve tendencia para un abatimiento de su progreso. Aproximadamente 2.3 millones de personas murieron por esta enfermedad en 2008 y aparecieron ese mismo año casi 6 millones de nuevos casos. Cerca de 40 millones de personas infectadas viven en la actualidad, según cálculos de la OMS.

A pesar de que, en los países desarrollados, el ritmo de muerte ha disminuido en 2/3 gracias a mejores campañas de prevención y a los costosos tratamientos multi- droga, la pandemia continúa expandiéndose en el tercer mundo, sobre todo el África Sub-Sahara, en donde se registra el 95% de las muertes totales. A pesar de que esta región del mundo es la de más alta prevalencia, el problema se está extendiendo rápidamente hacia La India, Rusia, China y gran parte del resto de Asia.

Tuberculosis: 

La Tb, esa aristocrática enfermedad de la edad moderna que causaba la muerte a lánguidas margaritas y elegantes figuras de la alta sociedad, disminuyó mucho en los países desarrollados y cuasi-desarrollados como el nuestro hasta el punto de que, hospitales enteros dedicados a su tratamiento como el Blanco Cervantes y el Sanatorio Durán, debieron ser cerrados o dedicados a otros menesteres.

Sin embargo, exacerbada por la multi resistencia a las drogas, la limitada efectividad de la vacuna y la asociación con el SIDA, el subdesarrollo y la pobreza, hace que este fenómeno social regrese incluso a las sociedades más desarrolladas las que enfrentan hoy día también graves problemas derivados de la inmigración ilegal o derivada de antiguas políticas colonialistas.

La enfermedad es especialmente prevalente en Rusia, India, el Sudeste de Asia, África Sub-Sahara y partes de Latinoamérica. Más de un millón y medio de muertes ocurrieron el año 2015 en relación a este padecimiento y aparecieron más de 7 y medio millones de casos nuevos, el 10% de los cuales fue por bacterias resistentes a los tratamientos convencionales. El problema de la resistencia es catastrófico ya que el costo del tratamiento se incrementa entre 10 y 15 veces haciéndolo prohibitivo para los países pobres y también la coinfección con virus del SIDA.

La Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia global en 1993, pero el problema continúa creciendo, especialmente debido a la resistencia multi-droga y a la asociación entre Tb y SIDA.                                

La mortalidad reportada parece haber disminuido dramáticamente entre 1995 y 2008, pero lo que ocurrió es que se empezaron a reportar las muertes por Tb en los pacientes con SIDA como causadas por esta última enfermedad. Se reportan anualmente unos 7 y medio millones de nuevos casos.

Malaria

A pesar de que la mayoría de las muertes ocurren en países en desarrollo, las regiones más desarrolladas del mundo están sufriendo el embate de la infección debido a la resistencia a las drogas y a la disminución de las medidas preventivas

El control en la década de los 60 con el uso de insecticidas de larga duración, principalmente el DDT (Dicloro, difenil tricloroetano) un potente insecticida que fue prohibido en la década de los 80 por influencia de la Environmental Protection Agency de los Estados Unidos en defensa de ciertas aves y peces en los que el producto se podría acumular ya que se alimentaban básicamente de insectos que habían ingerido la sustancia.

A partir de la suspensión de los programas rutinarios de rociamiento con insecticidas, el control de los mosquitos vectores de esta enfermedad bajó, lo que ha marcado un repunte severo de la misma con un problema agregado de resistencia a las drogas, mientras que los prospectos para una potencial vacuna, a pesar de los esfuerzos del investigador colombiano Patarroyo.

En 1998 se estimó que 300 millones de seres humanos fueron infectados con malaria y de ellos fallecieron más de 1,100,000. La mayor mortalidad se da nuevamente en África Sub-Sahara y en el lejano Oriente, sobre todo Malasia y Tailandia en donde el problema de la resistencia del “falciparum” a las drogas se ha vuelto un obstáculo muy difícil de superar.

Hepatitis B y C:

En el año 2007 la hepatitis B causó al menos 600,000 muertes y su incidencia es endémica en los países en desarrollo, con un número cercano a los 350 millones de portadores en todo el mundo.

La variedad de hepatitis C es menos frecuente pero notablemente más letal y su incidencia a aumentado dramáticamente, siendo actualmente un contribuyente importante en los casos de cirrosis y cáncer del hígado. La OMS estima que el 3% de la población global se encuentra infectada con hepatitis C, lo que significa que aproximadamente 170 millones de personas están en riesgo de desarrollar complicaciones de la enfermedad. Se ha logrado determinar que aproximadamente un 25% de las personas infectadas con ambos tipos de virus terminarán con cirrosis o cáncer hepático en los siguientes 20 años después de la infección. Es de notar que estas enfermedades son previsibles por vacunación, por los que su incidencia en el mundo que goza de condiciones sanitarias desarrolladas ha bajado notablemente.

Infecciones Respiratorias Bajas:

En especial nos referimos a la influenza y la neumonía, las cuales son responsables por 3 y medio millones de muertes alrededor del mundo en el año 1998. La mayoría de los muertos son niños que viven en condiciones de pobreza en los países en desarrollo. Esta cifra es alta pero es uno de los casos en los que se puede notar mejoría, ya que en el año 1993 el estimado de la OMS fue de 4.1 millones. La vulnerabilidad aumentada a las infecciones respiratorias la determina el estado de depresión inmunológica asociada con la desnutrición y el crecimiento de la resistencia de las bacterias a los antibióticos conocidos tal como la penicilina.

Mientras las condiciones socioeconómicas de esos niños no mejoren ostensiblemente, no será posible abatir la frecuencia de estos males.

Diarreas:

El consumo de aguas contaminadas por materia fecal de personas o animales o alimentos preparados en condiciones higiénicas deficientes, aunado a la desnutrición y, sobre todo, a la ignorancia de las madres que desconocen los principios básicos de la rehidratación oral, es la causa de más de 2 millones de muertes alrededor del mundo, la totalidad de las cuales ocurren en niños de menos de 6 años. Si bien el número ha disminuido desde más de 3 millones en 1993, esta disminución puede estar más en relación con el control de la epidemia de cólera, que con mejoramiento real de las condiciones sanitarias y socioeconómicas en los niños que viven en sociedades menos favorecidas. La principal causa de muerte es la Escherichia Coli, sin menospreciar la contribución de otros tipos como la disentería bacilar (shigelosis) el cólera y ciertos virus como los rotavirus que son prevalentes en todo el mundo en desarrollo y, recientemente, también en los países que emergieron del antiguo bloque soviético. Las inversiones en alcantarillado sanitario y agua potable, así como campañas de educación a los padres de familia son pobres en esos sitios y no parecen prometer una solución al problema, al menos a corto plazo.

Sarampión:

Cuarenta y dos millones de niños son infectados anualmente por esta enfermedad en todo el mundo y, de ellos, mueren cerca de 900,000. En este caso se ha podido lograr una reducción de la mortalidad la cual fue reportada en 1,300,000 en el año 1993 y esa reducción se puede atribuir casi completamente a las campañas masivas de vacunación. A pesar de ello continúa siendo la causa principal de muerte entre las personas desplazadas o refugiadas por causa de catástrofes naturales o provocadas por el hombre.

Esta enfermedad se espera que siga causando estragos en el África Sub-Sahara en donde las condiciones sanitarias son muy precarias y la frecuencia de vacunación muy baja, esperándose también epidemias aisladas pero no despreciables en los países de Centro y Sur América que tienen mayores índices de vacunación pero aún distan mucho de alcanzar tasas aceptables. 

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La Cocaina

La Cocaína

La coca es uno de los estimulantes de origen natural más antiguos, más potentes y más peligrosos que existen. Es originaria de Suramérica y ya tres mil años antes de Cristo, los Incas masticaban hojas de coca para acelerar el latido de sus corazones y de su respiración, para aumentar su fuerza y mejorar el rendimiento corporal en los escasos aires en las altas montañas.

Inicialmente los indios solamente mascaban hojas de coca sólo durante ceremonias religiosas. Pero, cuando los soldados españoles llegaron, en el siglo 16, empezaron a dársela a los esclavos indígenas que trabajaban las encomiendas en las minas de plata para hacerlos más fáciles de controlar y explotar y de esa manera les crearon la adicción.

Durante el siglo 19 la coca llegó a Europa y la cocaína fue por primera vez extraída de las hojas en 1859 por el químico alemán Albert Niemann y en unos 20 años más empezó a hacerse popular en la comunidad médica para el tratamiento de la depresión y la impotencia sexual, objetivos para los que fue utilizada por Sigmund Freud quien usaba la droga personalmente y fue el primero en promover su uso como un tónico general y enervante.

La cocaína es una droga estimulante poderosamente adictiva  y aunque los médicos la usaron mucho tiempo como anestesia local para algunas cirugías, actualmente es una droga ilegal en prácticamente el mundo entero.

La cocaína comercial es un polvo fino blanco cristalino y los distribuidores a veces la mezclan con otras cosas como almidón de maíz, polvo de talco o harina para aumentar las ganancias. Ellos también la mezclan con otras drogas como la meta-anfetamina.

La forma más común de utilizarla es inhalada por la nariz (narizazo) y luego se la restriegan en las encías. Otros disuelven el polvo en agua y se lo inyectan al torrente sanguíneo y algunas personas se inyectan una combinación de cocaína y heroína, llamado «Speedball».

Otro método popular de uso es fumar la cocaína procesada para hacer un cristal de piedra (también llamado «freebase cocaine»). El cristal es calentado para producir vapores que son inhalados por los pulmones. Esta forma de cocaína es llamada «Crack», la cual se refiere al sonido de crepitación que hace la roca cuando es calentada.

Las personas que usan la cocaína en un 80% de los casos terminan adictos al producto y la necesitan compulsivamente a partir de unas cuantas inhalaciones requiriendo al poco tiempo, una dosis cada vez más alta para mantener su estado de intoxicación que se les hace necesario. Veamos por qué

La cocaína aumenta los niveles de un mensajero químico o neuro-transmisor natural llamado dopamina en los circuitos que controlan el placer y el movimiento en el cerebro. Este normalmente libera la dopamina en respuesta a los llamados «REFLEJOS CONDICIONADOS» o  posibles recompensas, como el olor de comida o el olor de una flor o un perfume o las feromonas sexuales de su pareja.

Después de liberada por una célula nerviosa hace su efecto sobre otra célula que recibe el estímulo y la dopamina se recicla en la célula que la liberó, eliminando la señal hasta que se produce otro estímulo.

La cocaína evita que la dopamina se recicle causando acumulación de cantidades excesivas de la sustancia la cual altera las comunicaciones normales del cerebro y causa el efecto estimulante excesivo con aparición de alucinaciones y aumento de la actividad y de los sentidos  de la persona. Este efecto se vuelve adictivo y, al poco tiempo, el paciente no puede sobrevivir sin la droga. O al menos eso piensa.

Los efectos de la cocaína para la salud a corto plazo incluyen una falsa sensación de felicidad y energía extrema con aumento del estado de alerta hipersensibilidad de la vista, el sonido y el tacto, irritabilidad, paranoia—desconfianza extrema de otros sin razón y temor de ser atacado.

Algunas personas afirman que la cocaína les ayuda a realizar tareas físicas y mentales simples más rápidamente, aunque otros experimentan el efecto opuesto. Cantidades grandes de cocaína puede llevar a comportamiento extraño, impredecible y violento.

Los efectos aparecen casi inmediatamente y desaparecen entre 15 minutos y una hora, dependiendo de la dosis y el método de consumo.

Cuando es inyectada o fumada produce efectos más rápida y fuertemente pero menos duraderos que cuando es inhalada.

Otros efectos para salud incluyen vasoconstricción a largo plazo o sea que las arterias se contraen aumentando la presión arterial, pupilas dilatadas, náuseas y vómitos, elevación de la temperatura corporal  y taquicardia con inquietud generalizada e irritabilidad importante.

A largo plazo se produce anosmia o pérdida de la capacidad de oler, hemorragias nasales frecuentes, obstrucción y goteo nasal y problemas con la deglución de los alimentos los cuales se vuelven insípidos.

El consumo prolongado lleva a deterioro severo de los intestinos y del corazón por reducción del flujo sanguíneo, sin dejar de lado los riesgos asociados a la intoxicación por contaminantes que se incluyen en los paquetes comerciales de cocaína, sobre todo los de bajo precio.

La inyección lleva a un riesgo de contraer el VIH o hepatitis C y otras enfermedades transmitidas por la sangre.

Sin embargo, incluso las personas que la  usan inhalada  tienen estadísticamente un mayor riesgo de contraer VIH o hepatitis porque la cocaína puede llevar a un comportamiento sexual riesgoso con una pareja infectada. Según las investigaciones, la cocaína perjudica la función de las células inmunes y promueve la reproducción del virus VIH por lo que las personas que la usan y que son infectadas con el VIH también aumentan su riesgo de tener una co-infección con la hepatitis C y otras infecciones oportunísticas, dificultando el resultado de los tratamientos.

Otros efectos a largo plazo del uso de la cocaína incluyen la desnutrición, porque la cocaína disminuye el apetito, y trastornos del movimiento, similares a  la enfermedad de Parkinson e incluso esta enfermedad puede ocurrir más frecuentemente en los adictos a la cocaína después de años de uso.

Sí, una persona tiene una sobredosis de la cocaína se produce una reacción tóxica que resulta en síntomas graves y dañinos o la muerte. Una sobredosis puede ser intencional o accidental.

La muerte causada por una sobredosis puede ocurrir la primera vez que se usa cocaína o en personas que la usan prolongadamente y desarrollan «TOLERANCIA» o sea que sienten que «NO LES LLEGA» y entonces consumen mayores cantidades.

Combinarla con alcohol es particularmente riesgoso y puede llevar a una sobredosis, lo mismo que las mezclas con heroína o meta-anfetamina.

Recordar que la cocaína es una droga estimulante poderosamente adictiva y que frecuentemente la que puede comprar en la calle está mezclada con almidón de maíz, polvo de talco o harina para aumentar las ganancias o, en el peor de los casos con el estimulante meta-anfetamina.

Los sistemas de salud en America Latina, un comentario

Como clasificamos un sistema de salud. Bueno, hay cinco maneras de hacerlo:

  1. – Por su estructura (cómo está concebido? O como funciona?)
  2. – Por su eficiencia económica (Cuanto se invierte para obtener sus resultados?)
  3. Por su eficacia (Resultados obtenidos)
  4. .- Por la satisfacción que genera en la población (valoración subjetiva, pero recordemos que la suma de muchas subjetividades, crea una gran objetividad)
  5. – Por su focalización (distribución de beneficios de acuerdo a las mayores necesidades de la población)

En América Latina tenemos una ensalada de sistemas de salud y seguridad social y encontramos resultados tan disímiles como una mortalidad infantil de 6 por cada 1000 nacidos vivos en Cuba y 73 en su vecina Haití. Los mejores resultados, sin embargo, los encontramos en sistemas que tienen grandes diferencias como son Chile con un sistema manejado por la economía de mercado con una alta privatización de los servicios, Cuba, con un sistema totalmente socializado, Costa Rica y Panamá, con un modelo basado en una fuerte seguridad social y servicios mixtos en Costa Rica 85% públicos y 15% privados y en Panamá un 65% público y un 35% privado.

Podríamos decir que se obtienen mejores resultados en los países que privilegian la salud y, por ende, gastan más de su presupuesto en ese rubro, pero eso no parece cierto ya que los cuatro países con mejor esperanza de vida Chile, Cuba, Costa Rica con 80 años para Chile, 79 para Cuba y Costa Rica gastan cantidades muy diferentes en salud (Chile 7.8%, Costa Rica 9.3%, Cuba 11.1% del PIB, pero como ese PIB no es igual en esos países eso resulta que Chile tiene un PIB per capita de 24 mil dólares o sea que ese 7.8% es de 1,872 dolares por persona, Costa Rica está en 17 mil lo que da un gasto menor al de Chile de 1,547 dólares por persona y Cuba que no da muchos datos parece tener un PIB de 7,600 o sea que su 11.1% representan solo 843 dólares por persona. O sea que Cuba es más eficiente que los otros países o al menos así lo parece

Un indicador insoslayable para evaluar el grado de éxito del sistema de salud de un país es la esperanza de vida de la población. Es imposible que las personas vivan muchos años en una nación con una infraestructura sanitaria precaria. Por el contrario, cuanto mejor sea esta, y mayores los cuidados que pueda brindar a los ciudadanos, más probable será que vivan más.

El que está peor ubicado es Haití, con apenas 62 años de esperanza de vida al nacer, pero también con la economía más precaria con menos de 2,000 dólares al año per cápita, También están mal Bolivia (68 años de esperanza de vida), Guatemala y El Salvador con 72 años.

Que los mejor posicionados sean Chile y Cuba resulta muy interesante, porque representan dos modelos de sociedad absolutamente opuestos. Chile es probablemente el país de la región donde más consolidada está la economía de mercado, y es también uno de los más libres y democráticos. Por el contrario, Cuba tiene un régimen de planificación estatal centralizada sin resquicios para la iniciativa privada, y es un país sin libertad ni democracia.

¿Qué significa esto? Que no hay un solo modelo que garantice la salud de la población, y que esta meta se puede alcanzar con estrategias muy diferenciadas. Lo que no puede faltar son instituciones eficientes, que tracen objetivos de largo plazo y sean rigurosas en su cumplimiento. Donde rigen la anomia, el desorden y la improvisación, la insalubridad está garantizada.

Marihuana o Cannabis

Marihuana Hachis o Cáñamo (cannabis sativa)

La marihuana se utiliza desde la antigüedad para producir efectos euforizantes desde muchos años antes de Cristo sobre todo la China en donde se describió en un compendio médico que fue escrito más de 2500 años antes de nuestra era. Su uso se expandió de la China a la India y luego al norte de Africa y llegó a Europa por lo menos tan temprano como en el año 500 de nuestra era. En algunos documentos muy antiguos se demuestra su uso tan atrás como 8 mil años antes de Cristo.

Inicialmente se utilizaba por su poder como medicamento para el reumatismo, la gota, la malaria, y extrañamente, para el déficit de atención aunque ya se conocían sus propiedades intoxicantes pero se le daba más valor como planta medicinal y la consumían en forma de té por medio de sus hojas.

En la India se usaba solo en forma recreativa y los árabes también la usaron para ese fin a partir del siglo 7, dado que el consumo de alcohol estaba prohibido por el Corán. Fueron los mismos árabes quienes introdujeron la marihuana conocida como hachis, cuya popularidad se regó rápidamente por Persia (actuales Irán e Irak) del siglo 12 y el norte de África.

El estudio mundial de drogas parece quedarse muy corto en la apreciación del consumo que posiblemente, según expertos, puede llegar a más de 400 millones de personas, la más usada es la marihuana

El cannabis, también conocido como marihuana, entre otros muchos nombres, es el psicoactivo o psicotrópico obtenido de la planta del cáñamo —o Cannabis sativa— utilizado con fines recreativos, religiosos y medicinales. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo.​ La regulación legal del cannabis es diferente en cada país, y existen una gran controversia mundial referente a la despenalización de su consumo y mercadeo.

El producto activo de la marihuana fresca es el ácido tetrahidro-cannabinólico que luego se convierte en el tetrahidro-cannabinol (THC). El cannabis contiene además unos 500 compuestos químicos diferentes, entre ellos más de 100 cannabinoides diferentes al THC, que también actúan en el sistema nervioso.

El 11-Hydroxy-THC se produce cuando el cannabis se consume cocinado como un té,​ pero no cuando se fuma.​ Este producto se utiliza por sus efectos físicos y psíquicos, entre los que destacan:

  • Cambio general en la capacidad de percepción aumentando la capacidad de los sentidos en general.
  • Euforia y mejor estado de ánimo
  • Aumento de apetito y una sensación extraña que solo produce esta droga dando lo que se conoce como estar volando o HIGH en el lenguaje popular.
  • Los efectos secundarios a corto plazo incluyen disminución de la atención, pérdida de la memoria, sequedad bucal, reducción de la capacidad motora, ojos rojos y sentimientos de paranoia o ansiedad y desencadenamiento de crisis en pacientes con trastornos psiquiátricos de fondo.
  • A largo plazo se ha demostrado que produce adicción en al menos el 50% de los usuarios con disminución de la capacidad mental (sobre todo en aquellos que comenzaron desde la adolescencia un consumo habitual) y problemas de comportamiento en los niños, principalmente cuando es usada por madres durante el embarazo. Los efectos, que duran entre dos y seis horas y​ comienzan a los pocos minutos de su consumo cuando se fuma, mientras que cuando se consume en té o comida los efectos tardan entre 30 minutos y una hora en manifestarse.​

La OMS estima que cerca del 3% de la población mundial adulta consume marihuana regularmente y se calculó para el año 2016, entre 127 y 233 millones de personas que habrán consumido esta sustancia al menos una vez en el año y se estiman unos 182 millones de consumidores habituales.​

A pesar de su ilegalidad en la mayor parte de los países, su uso está muy extendido y, por ejemplo, en Estados Unidos (en el año 2016) se calcula que el 51% de la población de más de 16 años, la había consumido en algún momento de su vida, ​ un 12% en el último año y un 7,3% en el último mes.

Durante muchos años se ha utilizado el cannabis como producto ceremonial o ritual durante ceremonias en los pueblos asirio, hebreo, griego, romano y egipcio, aparte del consumo ya mencionado en la China y la India, pero su uso se generalizó a partir del siglo 20 y se alega que fue precisamente la ilegalización de su producción y comercio la que trajo el enorme auge del narco-tráfico que vivimos en esta época. En 1925, en una conferencia en La Haya sobre la Convención Internacional del Opio, se llegó al compromiso de prohibir la exportación del “cáñamo de la India” a países que tuvieran prohibido su uso, y a exigir a los países importadores que emitiesen certificados que aprobasen el ingreso de dichas hierbas, con indicación de que se requerían “exclusivamente para fines médicos o científicos”.

Estados Unidos empezó a restringir la venta en 1937 en que se aprobó la Ley de Acto Fiscal de la Marihuana, por la que se prohibía la producción de cáñamo además de la marihuana y se supone que detrás de esta prohibición había importantes intereses económicos

Lo que se consume de la marihuana es generalmente las flores secas, las hojas y los tallos verdes de plantas hembra. El contenido es de entre un 3 y un 22% de THC.​ Las cepas que se usan para producir cáñamo industrial contienen menos del 1% de THC, y no se consideran aptas para consumo humano.

El hachís es la resina concentrada que se produce a partir de las flores de la planta. Resulta ser más potente que la marihuana y su color varía de negro a dorado, según su pureza. Tiene entre 40 y 90 por ciento de cannabinoides.51

El aceite es una extracción de los tricomas del cannabis de gran pureza y potencia, en la que pueden utilizarse diferentes solventes como butano, alcohol isopropílico, etanol o hexano.

También se utilizan residuos recolectados de una pipa en donde un residuo pegajoso se acumula en el interior. Este contiene alquitrán, además de otros resultados de la combustión vegetal, porciones mínimas de THC y otros cannabinoides. Es de difícil consumo, debido a la irritación que provoca en la garganta y en los pulmones.​ Los residuos pueden contener CBN, que es el producto degradado del THC.

En muchos casos se ha producido adulteraciones de la marihuana con sustancias que parecen darle más calidad y se han producido intoxicaciones por plomo y vidrio molido. Se consume en Inglaterra un producto conocido como «soap-bar o barra de jabón» Este puede contener trementina, tranquilizantes, quitaesmalte de uñas y excremento animal, entre otras cosas. Un pequeño estudio de cinco muestras de soap-bars incautadas por el Servicio de Aduanas del Reino Unido en el 2001 encontró una enorme adulteración en el Cannabis con muchas sustancias, entre ellas: tierra, pegamento y heces de animales.

Ver pronto el artículo CANNABIS MEDICINAL, QUÉ HAY DE CIERTO