La Fibra Dietaria en el tratamiento o prevención del cáncer de próstata:
No hay duda que el cáncer de la próstata solo se da en hombres ya que las mujeres carecen de esta glándula que es el equivalente embrionario del útero o matriz y, por lo tanto es una neoplasia dependiente de las HORMONAS MASCULINAS.
Constituye el segundo tumor más frecuente en los hombres y la tercera causa de muerte en los varones mayores de 55 años, pero su frecuencia varía en las diferentes partes del mundo. Por ejemplo en los Estados Unidos se producen 14 muertes por cada 100,000 hombres por año por esta causa o sea aproximadamente 28 mil muertes al año pero cada año, se diagnostica cáncer de próstata a más de 163 mil hombres (aproximadamente 86 casos por cada 100 mil hombres) en los ese país solamente. La edad promedio del diagnóstico es 66 años; la enfermedad rara vez ocurre antes de los 40.
Por motivos desconocidos, el riesgo de cáncer de próstata es 74 % mayor en los hombres de raza negra que en los de raza blanca no hispanos. La mayoría de los casos de cáncer de próstata (91 %) se detectan cuando la enfermedad está limitada a la próstata y a los órganos adyacentes. Esto se denomina estadio local o regional y es generalmente curable en el 85% de los casos y, aún en los casos en que no se pueda curar, los tratamientos paliativos pueden permitir la sobrevida de hasta más de 10 años.
La frecuencia varía con la raza y con la nacionalidad, siendo muy baja en Japón donde solo se producen 2 casos por 100 mil habitantes por año. pero en la población japonesa que vive en los Estados Unidos, la frecuencia es similar a la de los nativos americanos lo que sugiere que los factores ambientales y alimenticios son los más importantes en la incidencia de esta enfermedad.
En Costa Rica se produjeron en el 2018, 1830 casos con una mortalidad de 457 pacientes o sea un 24% de mortalidad y una incidencia de 80 casos por cada 100 mil habitantes o sea muy cercana a la de la población llamada blanca de los Estados Unidos.
Las medidas dietéticas también participan en la prevención y tratamiento de este tipo de tumores por medio de la influencia en la absorción del colesterol y los niveles de hormonas esteroideas, sobre todo la testosterona con la reducción de la cantidad de calorías provenientes de las grasas y aumento del consumo de vegetales altos en fibra. Esto ha sido demostrado desde el año 1984 en un amplio estudio publicado en un articulo reciente (ver Relacion dieta-cáncer de prostata), el cual ha sido corroborado en varas ocasiones.
Se ha evaluado la relación existente entre las características de la dieta y los niveles plasmáticos de testosterona, dihidro-testosterona, estradiol, hormona luteínizante y prolactina (ver Relacion de dieta y hormonas) y se ha demostrado que las poblaciones, como la japonesa y las de los adventistas del sétimo día vegetarianos parciales, tenían una frecuencia de cáncer prostático mucho más baja y, en el caso de algunas comunidades japonesas con un consumo de fibra de más de 70 gramos por día, prácticamente esta enfermedad es desconocida.